FRÁNCFORT, 21 nov (Reuters) -La Unión Europea puede compensar el lastre económico que suponen los aranceles comerciales de Estados Unidos y la desglobalización eliminando barreras internas, según afirmaron el viernes algunas autoridades del Banco Central Europeo.
La UE se está quedando rápidamente rezagada frente a sus competidores mundiales debido a su escasa competitividad, sus rigideces estructurales y un complejo conjunto de normas que a menudo varían mucho entre los 27 Estados miembros.
“Nuestro análisis muestra que si todos los países de la UE se limitaran a reducir sus barreras al mismo nivel que las de Países Bajos, las barreras internas podrían disminuir unos 8 puntos porcentuales en el caso de los bienes y 9 puntos porcentuales en el de los servicios”, dijo Christine Lagarde, presidenta del BCE.
“Si sólo hiciéramos una cuarta parte de eso, bastaría para impulsar el comercio interior lo suficiente como para compensar totalmente el impacto de los aranceles estadounidenses sobre el crecimiento”, añadió en una conferencia.
Países Bajos es una de las economías más abiertas de la UE.
Las sugerencias de Lagarde se hacen eco de los llamados de Mario Draghi, expresidente del BCE y ex primer ministro italiano, que el año pasado presentó una serie de propuestas para aumentar la competitividad de la UE. Los responsables de política las han ignorado en gran medida.
“CAMPEONES OCULTOS”
El presidente del Bundesbank, Joachim Nagel, afirmó que las barreras internas de la UE impiden que los “campeones ocultos”, es decir, las empresas bien establecidas con un fuerte alcance nacional, tengan el tipo de impacto mundial del que disfrutan sus rivales estadounidenses.
“Muchas empresas no son lo suficientemente pequeñas como para ser verdaderamente ágiles y altamente innovadoras, ni lo suficientemente grandes como para beneficiarse plenamente de las economías de escala”, señaló Nagel en el mismo acto celebrado en Fráncfort.
Para superar estos obstáculos, Lagarde y Nagel abogaron por un “28º régimen”, un marco jurídico alternativo uniforme en toda la UE y superior a las normas de los 27 Estados miembros, al que las empresas podrían acogerse libremente.
Este régimen optativo aliviaría la necesidad de armonizar las normas, una tarea aparentemente imposible, dadas las complejidades.
“Esto facilitaría las operaciones transfronterizas, reduciría aún más los costos de cumplimiento y ayudaría a las empresas a crecer más rápidamente”, dijo Nagel. “En efecto, eliminaría algunas de las barreras que aún existen en nuestro mercado interior, que abarca 450 millones de clientes”.
Este régimen también podría movilizar el ahorro nacional, que está abandonando el bloque con la esperanza de obtener mejores rendimientos. Los hogares de la zona euro mantienen ahora unos 6,5 billones de euros en acciones estadounidenses, aproximadamente el doble de la cantidad que tenían a finales de 2015.
“Si hacemos esto bien, las empresas que podrían crecer basándose en regímenes genuinamente europeos también estarían mejor situadas para acceder a la financiación paneuropea, ayudando a canalizar nuestros vastos ahorros hacia la inversión productiva”, añadió Lagarde.
Otras sugerencias de Lagarde fueron armonizar el impuesto sobre el valor añadido y ampliar el voto por mayoría cualificada en la UE, de modo que el poder de veto pueda ejercerse con menos frecuencia.
Lagarde también elogió el gasto fiscal, sobre todo en Alemania, para amortiguar la economía y dijo que el BCE -que recortó con fuerza las tasas en 2024-25- hará su parte.
“Seguiremos ajustando nuestra política monetaria según sea necesario para garantizar que la inflación se mantiene en nuestro objetivo”, indicó.
(Reporte de Francesco Canepa y Balazs Koranyi; editado en español por Paula Villalba y Carlos Serrano)











