DAMASCO, 30 dic (Reuters) -Siria espera establecer “asociaciones estratégicas” con Ucrania, según dijo el lunes su nuevo ministro de Asuntos Exteriores a su homólogo ucraniano, en un momento en que Kiev trata de estrechar lazos con los nuevos gobernantes islamistas de Damasco en un contexto de disminución de la influencia rusa.
Rusia fue un aliado incondicional del presidente derrocado de Siria, Bashar al-Asad, y le ha dado asilo político. Moscú ha afirmado que está en contacto con la nueva administración de Damasco, incluso sobre el futuro de las instalaciones militares rusas del país.
“Habrá asociaciones estratégicas entre nosotros y Ucrania a nivel político, económico y social, así como asociaciones científicas”, dijo el recién nombrado ministro de Asuntos Exteriores sirio, Asad Hasán al-Shibani, al ucraniano Andrii Sybiha.
“Ciertamente, el pueblo sirio y el pueblo ucraniano tienen la misma experiencia y el mismo sufrimiento que hemos padecido durante 14 años”, añadió estableciendo un aparente paralelismo entre la brutal guerra civil siria de entre 2011 y 2024 y la toma por Rusia de territorio ucraniano que culminó en su invasión a gran escala de 2022.
Sybiha, que también se reunió el lunes en Damasco con el nuevo gobernante de facto de Siria, Ahmed al-Sharaa, dijo que Ucrania enviaría más cargamentos de ayuda alimentaria a Siria tras la llegada prevista de 20 cargamentos de harina el martes.
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, anunció el pasado viernes el envío del primer lote de ayuda alimentaria de Ucrania a Siria, consistente en 500 toneladas métricas de harina de trigo, como parte de la iniciativa humanitaria de Kiev “Grano de Ucrania”, en cooperación con el Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas.
SE REDUCE LA INFLUENCIA RUSA
Ucrania, productor y exportador mundial de cereales y oleaginosas, exporta tradicionalmente trigo y maíz a países de Oriente Medio, pero no a Siria, que en la era Asad importaba alimentos de Rusia.
Los suministros rusos de trigo a Siria se han suspendido debido a la incertidumbre sobre el nuevo Gobierno de Damasco y a los retrasos en los pagos, según declararon fuentes rusas y sirias a Reuters a principios de diciembre. Rusia había suministrado trigo a Siria mediante complejos acuerdos financieros y logísticos para eludir las sanciones occidentales impuestas tanto a Moscú como a Damasco.
El derrocamiento de al-Asad por el grupo islamista de al-Sharaa, Hayat Tahrir al-Sham, ha puesto en entredicho el futuro de las bases militares rusas en Siria, la base aérea de Hmeimim en Latakia y la instalación naval de Tartús.
El ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, dijo que el estatus de las bases militares rusas sería objeto de negociaciones con los nuevos dirigentes de Damasco.
Al-Sharaa dijo este mes que las relaciones de Siria con Rusia deben servir a intereses comunes. En una entrevista publicada el domingo, afirmó que Siria compartía intereses estratégicos con Rusia, en un tono conciliador, aunque no dio más detalles.
(Información de Clauda Tanios, Timour Azhari, Tala Ramadan y Nayera Abdallah; edición de Gareth Jones; edición en español de Mireia Merino y Jorge Ollero Castela)