Por Tim McLaughlin y Joshua Schneyer
OMAHA, EEUU, 14 ene (Reuters) – En su carta a los inversores del año pasado, el presidente de la empresa Berkshire Hathaway, Warren Buffett, instó a “respirar el aire, beber el agua” y asistir a la junta anual de accionistas de la empresa en Omaha, su ciudad natal.
La carta, un documento que los accionistas, los analistas y la prensa estudian cada año en busca de ideas sobre el razonamiento del legendario inversor, trataba de vincular el éxito de su conglomerado con el entorno de la ciudad del corazón, en el este de Nebraska, junto a la frontera con Iowa.
Sin embargo, omitió un detalle: Datos federales sobre emisiones muestran que la calidad del aire de Omaha está en el tercio inferior de las ciudades estadounidenses, en parte por las centrales eléctricas de carbón propiedad de Berkshire en la vecina Iowa.
Una herramienta de modelización de la Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA, por su sigla en inglés) muestra que la contaminación de las centrales causa cada año hasta siete muertes prematuras, 104 millones de dólares en gastos sanitarios y 1.800 días escolares perdidos en el área metropolitana de Omaha, con casi un millón de habitantes.
Los cálculos, realizados por Reuters a partir de los datos de modelización de la EPA para 2023, fueron revisados y confirmados por tres científicos externos especializados en emisiones consultados para este informe. Todos ellos son expertos independientes que no tienen relación alguna con la agencia de noticias ni con el sector eléctrico.
El aire de Omaha, y de otras zonas cercanas a la docena de centrales eléctricas de carbón de Berkshire en el país, arroja una sombra sobre el historial medioambiental de una empresa que se autoproclama a la vanguardia de la energía limpia.
A pesar de haber invertido hasta la fecha 41.000 millones de dólares en energías renovables, sobre todo en energía eólica y solar, Berkshire opera el conjunto de carbón más sucio de Estados Unidos según al menos un parámetro importante, mostró una investigación de Reuters.
El conjunto de plantas de carbón de Berkshire, operado por tres empresas de servicios públicos que ha adquirido en las últimas décadas, emite más óxido de nitrógeno que cualquier otro en el país, según los datos federales de emisiones. Reuters analizó el año calendario completo más reciente de datos de emisiones de la EPA disponibles para las plantas de carbón, a partir de 2023.
Conocidos como NOx, los óxidos de nitrógeno son gases venenosos y componentes clave del esmog y la niebla. Contribuyen a la formación de ozono nocivo para los pulmones y de diminutas partículas de hollín que pueden causar enfermedades respiratorias y muerte prematura en comunidades situadas a cientos de kilómetros de distancia.
Berkshire ha presionado a los organismos reguladores y ha presentado demandas judiciales para evitar la instalación de costosos controles de contaminación, conocidos como depuradores SCR, que pueden reducir los NOx y que emplean otras centrales de carbón de sus competidores.
Además, la empresa ha afirmado que tiene previsto mantener en funcionamiento algunas de sus centrales de carbón -instalaciones con décadas de antigüedad en Iowa, Nevada, Utah y Wyoming- durante años, después de que muchos de sus competidores han presentado planes para cerrar las suyas, según la propia empresa.
En una respuesta por correo electrónico a las preguntas detalladas de Reuters, Berkshire dijo que sus empresas eléctricas operan sus plantas de carbón “en pleno cumplimiento de las leyes, reglamentos y requisitos ambientales estatales y federales”.
La empresa dijo que no ha empleado más depuradores SCR porque es “una tecnología cara para nuestros clientes”, pero que ha reducido las emisiones mediante otros métodos, ha retirado algunas centrales de carbón antes de tiempo y ha convertido otras a gas.
Berkshire no abordó el costo que sus centrales de carbón han tenido a la salud de los residentes afectados por sus emisiones.
Sus esfuerzos por reducir la contaminación, añadió la empresa, han reducido drásticamente las emisiones de NOx de su cartera de electricidad en las dos últimas décadas. La energía de carbón representa ahora sólo el 22% de la generación eléctrica de Berkshire, frente al 71% de 2005. Berkshire dijo que planea abandonar por completo la energía de carbón para 2049.
El análisis de Reuters utilizó datos federales sobre emisiones -presentados a la EPA por los propios operadores de las centrales- para determinar la contaminación por NOx producida por las centrales carbón de Berkshire y los comparó con los de sus pares. Los reporteros también utilizaron una herramienta de la EPA conocida como Evaluación de Riesgos y Beneficios (COBRA) para ver cómo afecta la contaminación de las plantas de carbón de Berkshire a la salud de las comunidades.
COBRA, que usan habitualmente científicos y reguladores, asigna un valor económico a las variables de contaminación, calculando los costos económicos y de salud pública del aire contaminado. Reuters también revisó miles de páginas de documentos normativos y corporativos y entrevistó a más de tres docenas de expertos en energía y medicina, así como a personas que viven cerca de las plantas de Berkshire.
El examen concluyó:
* En 2023, las centrales eléctricas de carbón de Berkshireemitieron más NOx que cualquier otra grupo de carbónestadounidense, según el análisis de los datos de emisiones dela EPA. En relación con la energía que generan, las centrales decarbón de Berkshire tienen un índice medio de emisiones de NOxsuperior al de cualquiera de las 20 grandes empresas que poseencentrales de carbón y cotizan en el índice Standard & Poor’s 500Utilities. Ninguna central de Berkshire puede considerarse lamás sucia del sector, pero en su conjunto encabezan la industriaen términos de contaminación por NOx. * Las centrales de Berkshire producen la mayor cantidad deelectricidad de carbón del sector sin el uso de sistemas dereducción catalítica selectiva, o depuradores SCR, unatecnología que puede reducir las emisiones de NOx de una centralde carbón en más de un 80%. Los depuradores SCR, disponiblesdesde la década de 1990 y adoptados más ampliamente por loscompetidores de Berkshire, se empleaban en 2023 en centrales quegeneran el 62% de la electricidad de carbón de Estados Unidos,según datos de la EPA. Solo el 27% de la energía de carbón deBerkshire se generaba en calderas de carbón con depuradores SCR. * En el marco de una estrategia de cumplimiento de lanormativa medioambiental encabezada por Greg Abel, presidente ydirector ejecutivo de Berkshire Hathaway Energy, las empresasenergéticas de la compañía se han resistido repetidamente y conéxito a las peticiones de instalar depuradores SCR. Esto haahorrado miles de millones de dólares, según datos de laempresa, y ha permitido a las centrales de Berkshire reducir suscostos de explotación. * Berkshire ha presionado a funcionarios federales yestatales para obtener exenciones regulatorias, ha luchadocontra requisitos más estrictos de calidad del aire y convencióa la EPA en 2020 para que revocara una orden que le obligaba ainstalar depuradores SCR en Utah, donde la empresa opera dosplantas de carbón que contribuyen a la contaminación del aire enpueblos, ciudades y parques nacionales de todo el Oeste. Unconsultor de energía contratado por la EPA para revisar elpresupuesto de Berkshire para los depuradores propuestos en Utahdijo a Reuters que la empresa, para evitar el uso del equipo,infló su evaluación de los costos necesarios para instalarlo.
Abel no quiso hacer comentarios para este reportaje.
La EPA no respondió a las peticiones de Reuters de comentarios sobre las consecuencias para la salud de las emisiones de las plantas de Berkshire.
A pesar de los avances de las energías renovables en Estados Unidos, la generación de electricidad sigue generando costos significativos para el medio ambiente y la salud pública.
En un momento de aumento de la demanda de electricidad debido a las intensas olas de calor, a los centros de datos para inteligencia artificial que consumen mucha energía y a las necesidades cada vez mayores de la economía estadounidense, la resistencia de Berkshire a limpiar sus centrales de carbón preocupa a médicos y científicos medioambientales.
“Warren Buffett está creando un lío medioambiental de varios niveles que no está obligado a limpiar”, afirma Brian Moench, médico cuyo grupo, Médicos de Utah por un Ambiente Saludable, ha estudiado el impacto de las centrales de carbón de Berkshire.
Conocido por su carácter campechano, su estilo de vida frugal y su generosa filantropía, Buffet ha convertido Berkshire en un paladín de los negocios estadounidenses durante más de medio siglo.
Su cartera, valorada en un billón de dólares y forjada gracias a adquisiciones como la de las centrales eléctricas, abarca desde ferrocarriles a seguros, pasando por comida rápida e inmobiliarias. Buffett, de 94 años, es conocido por su actitud de no intervención en las empresas de Berkshire, lo que permite a los directivos desenvolverse en los distintos sectores y entornos normativos a los que se enfrenta cada una de ellas.
El difunto vicepresidente de Berkshire, Charlie Munger, dijo a los accionistas en la reunión anual de 2019 que “el tema medioambiental se hace un nivel por debajo de nosotros. Creo que Greg Abel lo hace estupendamente”. Presionando en ese momento por las propuestas de accionistas para que Berkshire comparta más información con el público sobre sus emisiones, Munger agregó: “No vamos a hacer informes como todos los demás”.
Es probable que las políticas energéticas duren más que el mandato de Buffet. Se espera que Abel, que ha dirigido las operaciones energéticas desde principios de la década de 2000, suceda al multimillonario al frente de Berkshire.
(Contribución de M.B. Pell. Editado por Richard Valdmanis y Paulo Prada. Editado en español por Javier López de Lérida)