Por Dawn Chmielewski
LOS ÁNGELES, 17 ene (Reuters) – Jay Gilberg compró en junio una casa de cinco dormitorios y 446 metros cuadrados en el barrio de Pacific Palisades, en Los Ángeles, para fusionar dos hogares y reunir bajo un mismo techo a sus dos hijas, su novia y la adolescente de ésta en lo que describió como “un hogar muy feliz”.
Seis meses después, esa casa ha desaparecido, una de las 5.000 dañadas o destruidas por el incendio de Palisades. Cuando él y su agente inmobiliario empezaron a buscar una vivienda temporal lo bastante grande para alojar a una familia de cinco miembros, se encontraron con otro golpe: un repentino aumento de los precios de los alquileres.
Una casa de alquiler de Beverly Hills que había sido listada por 14.000 dólares al mes aumentó repentinamente en 4.000 dólares de la noche a la mañana, un aumento de precios de casi el 29% que el agente de ventas le dijo al agente inmobiliario de Gilberg que reflejaba “la oferta y la demanda”.
“Hay personas realmente buenas que son compasivas, comprensivas, empáticas, y quieren hacer algo para ayudar”, dijo Gilberg sobre el desastre y sus secuelas. “Y luego hay otros que (…) huelen una oportunidad para lucrarse y eso es lo que me encontré”.
En toda la región miles de personas como Gilberg, que se han visto desplazadas por los incendios, se están encontrando con una subida de los precios.
El Sindicato de Inquilinos de Los Ángeles, un grupo de voluntarios que aboga por una vivienda asequible, identificó más de 500 propiedades en las que el precio mensual del alquiler había subido bruscamente, en algunos casos más del doble.
El gobernador de California, Gavin Newsom, firmó el domingo una orden ejecutiva que pretende frenar los precios abusivos en bienes y servicios de consumo esenciales, incluida la vivienda. La orden declara ilegal subir los precios más de un 10% por encima de las tarifas aplicadas inmediatamente antes de la declaración de emergencia.
“Aunque sea ilegal, sabemos que muchos propietarios intentarán aprovecharse de la desesperación de la gente y salirse con la suya de todos modos”, dijo Tony Carfello, organizador de la Unión de Inquilinos, quien añadió que incluso un aumento del 10% en el alquiler puede ser “un imposible, tanto para las personas que lo perdieron todo como para el resto de inquilinos de la ciudad que ya estaban teniendo dificultades para salir adelante”.
(Información de Dawn Chmielewski; información adicional de Nathan Frandino y Lisa Richwine; edición de Mary Milliken y Sandra Maler; edición en español de Mireia Merino)