Rebeldes del M23 toman control de aeropuerto de Goma y atacan embajadas en capital congoleña

Por Yassin Kombi y Sonia Rolley

GOMA, República Democrática del Congo. 28 ene (Reuters) -Los rebeldes se apoderaron el martes del aeropuerto de Goma, la mayor ciudad del este del Congo, cortando potencialmente la principal ruta para que la ayuda llegue a cientos de miles de desplazados, tras capturar la ciudad en una ofensiva que dejó cadáveres tendidos en las calles.

Los combatientes del M23 entraron el lunes en Goma, en la peor escalada desde 2012 de un conflicto de tres décadas enraizado en las largas secuelas del genocidio ruandés y la lucha por el control de los abundantes recursos minerales del Congo.

En la capital congoleña, Kinshasa, 1.600 kilómetros al oeste de Goma, los manifestantes atacaron un complejo de la ONU y embajadas, incluidas las de Ruanda, Francia y Estados Unidos, expresando su ira por lo que consideraban una injerencia extranjera. La embajada de Kenia fue saqueada.

Goma es un centro importante para los desplazados por los combates en otras partes del este del Congo y para los grupos de ayuda que tratan de asistirlos. Los combates obligaron a miles de personas a abandonar la ciudad, entre ellas algunas que habían buscado refugio allí recientemente, tras la ofensiva del M23 desde principios de año.

Al otro lado de la frontera, en Ruanda, los camiones descargaban un gran número de personas que huían de Goma con sus hijos y paquetes de pertenencias envueltos en trozos de tela.

El gobierno de la República Democrática del Congo (RDC) y el jefe de las fuerzas de mantenimiento de la paz de la ONU aseguran que hay que tropas ruandesas en Goma, respaldando a sus aliados del M23. Ruanda afirma estar defendiéndose de la amenaza de las milicias congoleñas, sin comentar directamente si sus tropas cruzaron la frontera.

Residentes de Goma y fuentes de la ONU dijeron que decenas de tropas se habían rendido, pero que algunos soldados y milicianos progubernamentales seguían resistiendo. Los habitantes de varios barrios informaron de disparos de armas ligeras y algunas fuertes explosiones el martes por la mañana.

“He oído el crepitar de los disparos desde medianoche hasta ahora (…) vienen de cerca del aeropuerto”, dijo a Reuters por teléfono una anciana del barrio de Majengo, en el norte de Goma, cerca del aeropuerto.

Gran parte de los combates se concentraban en torno al aeropuerto y el martes por la tarde varias fuentes diplomáticas y de seguridad afirmaron que el M23 ya tenía el control total del mismo, lo que les ponía a cargo de un enlace vital con el mundo exterior.

“La ONU, los grupos humanitarios, las fuerzas de paz e incluso el ejército congoleño recibían suministros a través del aeropuerto”, declaró Christoph Vogel, investigador sobre el Congo, añadiendo que no hay ningún acceso viable por carretera o por barco en el lago Kivu.

Jens Laerke, portavoz de la oficina humanitaria de la ONU (OCHA), dijo en una sesión informativa en Ginebra que sus colegas informaron de “fuego intenso de armas ligeras y morteros por toda la ciudad y de la presencia de muchos cadáveres en las calles”.

“Tenemos informaciones de violaciones cometidas por combatientes, saqueo de propiedades (…) e instalaciones sanitarias humanitarias atacadas”, añadió. Otros responsables de la ayuda internacional describieron hospitales desbordados, con heridos siendo atendidos en los pasillos.

François Moreillon, jefe del Comité Internacional de la Cruz Roja en el Congo, dijo a Reuters que un almacén de medicamentos fue saqueado y se mostró preocupado por un laboratorio donde se guardan gérmenes peligrosos, incluido el ébola.

“En caso de que reciba algún impacto de proyectiles que pudiera afectar a la integridad de la estructura, los gérmenes podrían escapar, lo que supondría un grave problema de salud pública más allá de las fronteras de la RDC”, declaró.

En Kinshasa, multitudes enfurecidas corearon consignas contra Ruanda y atacaron embajadas de varios países, prendiendo fuego a neumáticos y edificios. La policía disparó gases lacrimógenos para dispersarlos.

“Lo que está haciendo Ruanda cuenta con la complicidad de Francia, Estados Unidos y Bélgica. El pueblo congoleño está harto. ¿Cuántas veces tenemos que morir?”, dijo Joseph Ngoy, uno de los manifestantes.

(Reporte de Yassin Kombi en Goma, Sonia Rolley y John Irish en París, Ange Adihe Kasongo y Stanis Bujakera en Kinshasa, Bhargav Acharya en Johannesburgo, Giulia Paravicini en Nairobi, Emma Farge en Ginebra y Milan Pavicic en Gdansk; escrito por David Lewis y Aaron Ross; edición en español de María Bayarri y Carlos Serrano)

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