Por David Lawder, Andrea Shalal y Jarrett Renshaw
1 feb (Reuters) -El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, impondría el sábado un fuerte aumento de los aranceles actuales de un 25% a los productos procedentes de México y Canadá, y del 10% a las importaciones de China, lo que podría perturbar transacciones de más de 2,1 billones de dólares al año.
Trump, que este fin de semana trabaja desde su finca de Mar-a-Lago, en Florida, dijo el viernes que los tres principales socios comerciales de Estados Unidos podían hacer muy poco para evitar los aranceles.
El sábado, una fuente familiarizada con el asunto dijo que Estados Unidos había informado formalmente a Canadá de que se impondrían aranceles.
El recién asumido presidente fijó como fecha límite del 1 de febrero, con el fin de presionar a sus socis comerciales a tomar medidas enérgicas para detener el flujo de fentanilo y precursores químicos desde China a través de México y Canadá, así como para detener a inmigrantes ilegales que cruzan a Estados Unidos.
Sin embargo, durante una larga conversación con periodistas en la Casa Blanca, Trump descartó la idea de que sus amenazas arancelarias fueran meras herramientas de negociación.
“No, no lo son (…) tenemos grandes déficits (comerciales) con, como saben, con los tres”.
También dijo que los ingresos fiscales eran un factor y que los aranceles podrían subirlos.
Sin embargo, Trump hizo referencia a una posible excepción para el petróleo procedente de Canadá, diciendo que la tasa arancelaria sería del 10% frente al 25% previsto para otras importaciones.
Aun así, indicó que a mediados de febrero habría aranceles más extendidos sobre el petróleo y el gas natural, comentarios que hicieron subir los precios del petróleo.
El petróleo crudo es la principal importación estadounidense desde Canadá, que alcanzó casi 100.000 millones de dólares en 2023, según datos de la Oficina del Censo de Estados Unidos.
Trump reconoció que los fuertes aranceles podrían resultar en costos más altos que se trasladen a los consumidores y que sus acciones pueden causar problemas en el corto plazo, pero dijo que no estaba preocupado por su impacto en los mercados financieros.
Jake Colvin, presidente del Consejo Nacional de Comercio Exterior, que representa a las principales empresas estadounidenses en asuntos comerciales, dijo que imponer aranceles a los principales socios comerciales de Estados Unidos “podría afectar al costo y la disponibilidad de todo, desde aguacates a aires acondicionados o automóviles, y corre el riesgo de desviar el foco de nuestras relaciones del diálogo constructivo”.
Aunque Trump habla de “cobrar” a otras naciones por los aranceles, estos son pagados por las empresas importadoras y a veces repercuten en los consumidores.
Los fabricantes de automóviles se verían especialmente afectados por el aumento de los costos, a través de los aranceles a los vehículos ensamblados en Canadá y México. Su vasta cadena de suministro regional, donde los componentes pueden cruzar las fronteras varias veces antes del montaje final, agravaría aún más la situación.
La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, dijo que los aranceles se aplicarían de inmediato y que los detalles se publicarían el sábado.
SE ESPERAN REPRESALIAS
Se espera que la medida de Trump atraiga aranceles de represalia, lo que podría alterar más de 2,1 billones de dólares en el comercio anual bidireccional de Estados Unidos con sus tres principales socios comerciales.
Canadá ha elaborado objetivos detallados para las represalias arancelarias inmediatas, incluidos los derechos sobre el zumo de naranja de Florida, dijo una fuente familiarizada con el plan.
Canadá tiene una lista más amplia de objetivos que podría alcanzar los 150.000 millones de dólares canadienses (103.000 millones de dólares estadounidenses) en importaciones estadounidenses, pero celebraría consultas públicas antes de actuar, dijo la fuente.
La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, también ha amenazado con represalias, pero dijo que “esperaría con la cabeza fría” la decisión arancelaria de Trump y se mostró dispuesta a continuar un diálogo fronterizo con él.
China se ha mostrado más circunspecta sobre sus planes de represalias, pero ha prometido responder para defender sus intereses comerciales.
China “se opone firmemente” a los nuevos aranceles de Trump, dijo un portavoz de la embajada de Pekín en Washington, y añadió: “No hay ganador en una guerra comercial o arancelaria, que no sirve a los intereses de ninguna de las partes ni del mundo”.
(1 dólar = 1,4524 dólares canadienses)
(Reporte de David Lawder; edición en español de Javier López de Lérida)