Por Johan Ahlander y Simon Johnson
OREBRO, SUECIA, 6 feb (Reuters) – La Policía sueca encontró tres rifles cerca del cuerpo del atacante en un escenario caótico que describieron como un “infierno” después de que 11 personas murieran y varias resultaran heridas en el tiroteo masivo más mortífero del país hasta la fecha, informaron las autoridades el jueves.
La Policía cree que el presunto asesino, identificado por una fuente de Reuters y medios suecos como Rickard Andersson, un recluso desempleado de 35 años, actuó solo en el ataque del martes en un campus educativo de Orebro.
Las fuerzas del orden dijeron en rueda de prensa que el presunto atacante tenía licencia de armas para cuatro armas, tres de las cuales fueron encontradas junto a él cuando la Policía localizó su cadáver.
“La Policía que llegó al lugar de los hechos ha hablado de lo que podría describirse como un infierno (…) muertos y heridos, gritos y humo”, dijo el jefe de la Policía de Orebro, Lars Wiren.
La Policía encontró 10 cargadores vacíos y una “gran cantidad” de munición sin usar. Wiren dijo que los agentes llegaron al lugar cinco minutos después de que se diera la alarma y cree que el atacante comenzó entonces a dirigir el fuego hacia ellos.
“Después de aproximadamente una hora, la aguda operación terminó cuando el presunto autor fue encontrado muerto con varias armas cerca de él”, dijo Wiren.
La Policía dijo que el humo no había sido provocado por fuego, sino por “algún tipo de pirotecnia”. Varios policías tuvieron que recibir atención médica por inhalación de humo.
Suecia tiene un alto nivel de posesión de armas según los estándares europeos, principalmente vinculado a la caza, aunque es mucho menor que en Estados Unidos. Una oleada de delincuencia de bandas en los últimos años también ha puesto de relieve la elevada incidencia de las armas ilegales.
El ataque tuvo lugar en el centro de educación de adultos Risbergska, de Orebro, ciudad de más de 100.000 habitantes situada a unos 200 kilómetros al oeste de Estocolmo.
Las autoridades suecas han dicho que hasta ahora no había pruebas de que el autor de los disparos, que se encuentra entre los 11 muertos tras seguramente quitarse la vida, tuviera “motivos ideológicos”.
La Policía no ha confirmado el nombre del sospechoso y el número de heridos sigue sin estar claro dos días después del ataque en la escuela, que ofrece cursos para adultos y clases de sueco para inmigrantes.
ATRINCHERADOS EN LAS AULAS
Aunque Suecia ha sufrido en los últimos años una oleada de violencia armada relacionada con la delincuencia de bandas, el país ha sufrido una gran conmoción por la brutalidad del crimen del martes.
Los supervivientes se atrincheraron en las aulas y se escondieron debajo de camas para protegerse del asesino. Cuando la Policía los liberó, dijeron haber visto charcos de sangre donde las víctimas habían recibido los disparos. La Policía sigue trabajando para identificar formalmente a los muertos.
Muchos alumnos de la escuela de adultos sueca son inmigrantes que buscan cualificaciones que les ayuden a encontrar trabajo en el país nórdico, mientras aprenden sueco.
El primer ministro Ulf Kristersson, que calificó el ataque de “día negro” para Suecia, celebra este jueves una reunión ordinaria del Gobierno y ha invitado a todos los partidos de la oposición a asistir en una muestra de unidad política.
(Información de Johan Ahlander en Orebro, Simon Johnson en Estocolmo y Essi Lehto en Helsinki; redacción de Niklas Pollard; edición de Alex Richardson; edición en español de María Bayarri Cárdenas)