DUBÁI, 10 mar (Reuters) -El Ministerio de Defensa sirio anunció el lunes la finalización de las operaciones militares para combatir a las fuerzas leales al expresidente derrocado Bashar al-Asad.
Los enfrentamientos entre los fieles de Asad y los nuevos gobernantes islamistas del país han matado a más de 1.000 personas, en su mayoría civiles, según un grupo de observación de la guerra.
Hasán Abdul Ghany, portavoz del Ministerio de Defensa, afirmó en una publicación de X que las instituciones públicas ya podían reanudar su trabajo y prestar servicios esenciales.
“Estamos allanando el camino para que la vida vuelva a la normalidad y para la consolidación de la seguridad y la estabilidad”, dijo Abdul Ghany.
Añadió que había planes para seguir combatiendo a los restos del antiguo Gobierno y eliminar cualquier amenaza futura.
El dirigente sirio Ahmed al-Sharaa prometió el domingo perseguir a los autores de los violentos enfrentamientos y dijo que pediría cuentas a cualquiera que se extralimitara en el ejercicio de la autoridad de los nuevos gobernantes.
La oficina de al-Sharaa también dijo que estaba formando un comité independiente para investigar los enfrentamientos y los asesinatos perpetrados por ambos bandos.
Abdul Ghany añadió que las fuerzas de seguridad cooperarían con el comité de investigación, ofreciendo pleno acceso para descubrir las circunstancias de los sucesos, verificar los hechos y garantizar justicia a los agraviados.
“Fuimos capaces de absorber los ataques de los restos del antiguo régimen y de sus oficiales. Destruimos su factor sorpresa y logramos alejarlos de centros vitales, asegurando la mayoría de las carreteras principales”, dijo.
Aunque tras la destitución de Asad en diciembre reinó una relativa calma, la violencia se ha recrudecido en los últimos días, cuando las fuerzas vinculadas a los nuevos gobernantes islamistas han empezado a reprimir la creciente insurgencia de la comunidad minoritaria alauita.
Los enfrentamientos se convirtieron en una espiral de venganzas contra los alauitas, una rama del islam chií que profesan algunos de los partidarios más fervientes de Asad y que se asoció con las atrocidades cometidas por Asad durante la guerra contra la población musulmana siria, mayoritariamente suní.
El Observatorio Sirio, en Reino Unido, informó de que más de 1.000 personas murieron durante dos días de enfrentamientos, entre ellas 745 civiles, 125 miembros de las fuerzas de seguridad sirias y 148 combatientes leales a Asad.
Asad huyó a Rusia el año pasado después de que los rebeldes liderados por el grupo islamista suní Hayat Tahrir al-Sham de Sharaa derrocaran a su Gobierno, poniendo fin a décadas de dura represión y a una devastadora guerra civil.
(Información de Jana Choukeir; edición de Toby Chopra y Alex Richardson; edición en español de María Bayarri Cárdenas y Mireia Merino)
