Por Lucila Sigal
BUENOS AIRES, 23 abr (Reuters) – La Iglesia Católica mantendrá la línea renovadora abierta por el papa Francisco, quien delineó su sucesión al designar al 80% de los cardenales electores que elegirán al próximo pontífice, dijo el martes su portavoz cuando era arzobispo de Buenos Aires.
Francisco, el primer papa americano de la Iglesia Católica Romana, murió el lunes tras sufrir un derrame cerebral a los 88 años, dejando un legado de promoción del diálogo interreligioso, la paz y la defensa de los pobres y migrantes, llevando adelante una vida sencilla como en su Argentina natal.
“No creo que vayan a aparecer controversias de estilos de conducción de la iglesia porque al sector que le gustaría volver atrás no tiene mucho quórum hoy en día”, dijo Guillermo Marcó, vocero del entonces cardenal Jorge Bergoglio durante nueve años y con quien siempre mantuvo una estrecha relación
“Nadie quiere volver a una iglesia más principista, cerrada y dejando afuera a la mayoría de las personas, sino (tener) una iglesia más cercana, más misericordiosa, más abierta a todos (…) Creo que es algo que no tiene vuelta atrás”, agregó el sacerdote.
El cónclave para elegir a un nuevo papa se celebra usualmente entre 15 y 20 días después de la muerte de un pontífice. Unos 135 cardenales pueden participar en una votación secreta que puede durar varios días.
Por el momento no hay un claro favorito para suceder a Francisco, aunque el fallecido papa designó a personas de confianza en lugares clave para delinear de algún modo su sucesión, según Marcó.
Para el sacerdote, el papa “democratizó” el Vaticano y sus reformas perdurarán porque marcó un nuevo estilo, por ejemplo, mediante su elección de no vivir en el lujoso Palacio Apostólico como sus antecesores, lo que implicó un cambio con respecto al pasado.
“La reforma primera es él mismo, es su estilo”, dijo Marcó. “No creo que vuelva la pompa propia de una pompa que ni siquiera hoy los reyes tienen”, agregó.
El sacerdote, quien co-preside el Instituto de Diálogo Interreligioso de Argentina que creó junto a Bergoglio cuando era arzobispo de Buenos Aires, consideró a esta iniciativa entre sus principales legados, además de su abordaje de temas como el cambio climático, los discursos de odio y la crisis migratoria.
“Francisco habló de temas que son muy ricos y que el mundo está padeciendo”, dijo Marcó. “En un sentido, si tuviera que definir una palabra, diría que (Francisco) fue un profeta, aquel que anuncia cosas que van a venir y que, si no se toman recaudos, pueden tener graves consecuencias en la deshumanización del mundo”, agregó.
Marcó, con quien Francisco mantenía un diálogo fluido, recordó que cada noche el pontífice ponía papelitos debajo de una imagen que tenía en su habitación de San José dormido, por quien sentía devoción, encomendándole que solucionara mientras descansaba temas que él no había podido resolver durante el día.
“Creo que San José se lo llevó durmiendo y para mí fue un signo muy lindo, morirse el día de la Pascua, morirse serenamente en la cama durmiendo”, contó emocionado.
(Reporte de Lucila Sigal; Editado por Nicolás Misculin)