Por Kevin Yao
PEKÍN, 28 abr (Reuters) – Las autoridades chinas trataron el lunes de apaciguar los temores de que los amplios aranceles de Estados Unidos puedan hacer descarrilar los esfuerzos para apuntalar una frágil recuperación económica, incluso cuando los analistas advierten que los fuertes gravámenes aumentan el riesgo de una gran desaceleración del crecimiento.
La guerra comercial global del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha sacudido los mercados financieros y ha hecho temer una recesión, sobre todo porque los aranceles entre las dos mayores economías del mundo amenazan con poner en peligro las cadenas de suministro y toda una serie de industrias.
Sin embargo, Zhao Chenxin, vicedirector de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma (CNDR), planificadora estatal de China, se mostró “con plena confianza” en que el país alcanzará su objetivo de crecimiento económico en torno al 5% para 2025.
Zhao se abstuvo de anunciar nuevas medidas de apoyo o estímulo, pero dijo que la CNDR desplegaría nuevas políticas en el segundo trimestre en consonancia con las condiciones económicas imperantes en ese momento.
“Los logros del primer trimestre han sentado unas bases sólidas para el desarrollo económico de todo el año”, dijo Zhao. “Independientemente de cómo cambie la situación internacional, anclaremos nuestros objetivos de desarrollo, mantendremos el enfoque estratégico y nos concentraremos en hacer lo nuestro”.
La garantía contrastaba con el consenso general entre los observadores de China de que la espiral de la guerra comercial con Estados Unidos tendría un impacto significativo en el crecimiento de la segunda mayor economía del mundo.
El Fondo Monetario Internacional, Goldman Sachs y UBS revisaron recientemente a la baja sus previsiones de crecimiento económico para China en 2025 y 2026, basándose en el impacto de los aranceles de Trump. Ninguno espera que la economía alcance el objetivo de crecimiento oficial de Pekín.
Washington ha impuesto aranceles del 145% a la mayoría de los productos chinos como parte de la salva del “Día de la Liberación” de Trump el 2 de abril, lo que ha llevado a Pekín a tomar represalias con gravámenes del 125% a las importaciones estadounidenses, imponiendo de hecho un embargo comercial a los productos de la otra parte.
El presidente chino, Xi Jinping, ha hecho una gira por el sudeste asiático y otros responsables han intensificado sus contactos diplomáticos para unir a los países contra la ofensiva arancelaria de Trump. Pekín también ha amenazado con tomar represalias contra quienes se pongan del lado de Washington.
La guerra comercial llega en un momento especialmente difícil para la economía china, que coquetea con la deflación debido al lento crecimiento de los ingresos y a una prolongada crisis inmobiliaria.
Los analistas esperan que Pekín aplique más estímulos monetarios y fiscales en los próximos meses para apuntalar el crecimiento.
Junto a Zhao, el vicegobernador del Banco Popular de China (BPC), Zou Lan, afirmó que el banco recortaría de nuevo los tipos de interés y la cantidad que los bancos comerciales deben mantener en reserva, al mismo tiempo que reafirmó su compromiso de mantener estable el yuan.
La última vez que el BPC recortó su principal tipo de interés fue en septiembre, cuando redujo en 20 puntos básicos el tipo de interés de las operaciones dobles a 7 días.
(Información de Kevin Yao; redacción de Joe Cash; Edición de Kim Coghill, Jacqueline Wong y Shri Navaratnam; edición en español de María Bayarri Cárdenas)