By Stefanie Eschenbacher, Adriana Barrera, Ana Isabel Martinez
CIUDAD DE MÉXICO (Reuters) -La petrolera estatal mexicana Pemex planea reabrir pozos cerrados en un intento por extraer más barriles de ellos a fin de impulsar la declinante producción, mientras lucha por alcanzar un ambicioso objetivo del Gobierno.
Pemex declaró recientemente ante la Comisión del Mercado de Valores de Estados Unidos (SEC, por su sigla en inglés) que espera que la producción caiga a 1.58 millón de barriles por día (bpd) este año, en lugar de los 1.8 millón de bpd que el Gobierno tiene como meta.
Ángel Cid Munguía, el nuevo encargado del área de exploración y producción de la empresa, escribió en un documento interno fechado el 6 de mayo, que se estaba avanzando en la “reactivación de pozos cerrados”, aunque no dio más detalles.
Los criterios dependerían tanto de los perfiles de riesgo de los miles de pozos en todo el país, tanto en tierra como en mar, y cuáles podrían aumentar la producción más rápido, dijeron a Reuters cuatro fuentes familiarizadas con los planes.
Pemex no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios.
México tiene más de 31,000 pozos, tanto en tierra como en mar, y cerca de un tercio de ellos están cerrados, según datos compartidos con Reuters. Más de 4,800 pozos se consideran “operativos” para la producción de hidrocarburos.
La reactivación depende de la información geológica, el financiamiento, la mecánica del pozo y el factor de recuperación de cada pozo, dijo una de las fuentes, que ha estudiado en detalle los pozos cerrados.
A menudo, las empresas necesitan equipos más especializados y más caros para llevar los hidrocarburos a la superficie.
Pemex produce actualmente unos 1.6 millón de bpd.
Los pozos que se están considerando para esta estrategia son de crudo, gas natural y condensado, dijo una de las fuentes, que trabaja en Pemex, añadiendo que los planes habían avanzado lentamente debido a los ajustados presupuestos de la empresa, altamente endeudada.
Algunos de estos pozos se habían cerrado porque se llenaban de agua o presentaban una presión demasiado baja, lo que dificultaba la producción porque se necesitaba equipo más especializado, añadió la fuente.
Durante los últimos meses, Pemex también había estado trabajando en planes de técnicas de recuperación secundaria para pozos en el Golfo de México, entre ellos Ku, Maloob, Zaap, Akal y Ayatsil, dijeron otras dos fuentes de Pemex que trabajaban en un plan separado con el mismo objetivo de impulsar la declinante producción.
Aunque los pozos cerrados no tienen que ser reabiertos, utilizando nuevos métodos de producción potencialmente podrían producir mucho más, dijeron las dos fuentes, añadiendo que en parte los proyectos no han avanzado por falta de fondos.
En otro documento fechado el mismo día, Cid Munguía escribió que ya se habían designado dos personas para la supervisión, el diseño y la ingeniería de los proyectos de exploración estratégica.
Cid Munguía regresó a su puesto la semana pasada tras la sorpresiva salida de Néstor Martínez, un excomisionado del desaparecido regulador del sector hidrocarburos que había sido nombrado como director del brazo de exploración y producción de Pemex, PEP, en octubre.
La producción de Pemex lleva años disminuyendo a medida que sus campos más antiguos en el Golfo de México, incluidos muchos antiguos productores estrella, se van agotando y los campos más nuevos no han logrado compensar la caída.
Pemex redujo la actividad de PEP en el último trimestre de 2024 buscando ahorros por 26,800 millones de pesos (unos 1,350 millones de dólares) buscando “optimizar los recursos” hacia el cierre del año y aplazando varios tipos de trabajos y postergando para 2025 la adquisición de sísmica.
La empresa argumentó entonces que se daría prioridad a trabajos en pozos en función de su “generación de valor” y la reprogramación de actividades relacionadas con taponamiento de los mismos.
En el pasado ha habido preocupación por la gestión de los pozos cerrados y abandonados. En México es un requisito legal cerrar de forma segura los pozos que ya no producen y asegurarse de que no suponen un riesgo para el aire, la tierra y el agua.
Aun así, ingenieros petroleros y geólogos de yacimientos han declarado en repetidas ocasiones a Reuters que algunos pozos cerrados están teniendo un impacto perjudicial en el medio ambiente.
En 2022, Reuters informó de cómo algunos de estos pozos estaban afectando a las poblaciones del empobrecido estado sureño Chiapas.
(Reporte de Stefanie Eschenbacher y Adriana Barrera; Reporte adicional de Ana Isabel Martínez; Editado por Diego Oré)