“¿Quién es?”, la multitud en San Pedro queda atónita tras elección del primer pontífice de EEUU

Por Angelo Amante y Philip Pullella

CIUDAD DEL VATICANO (Reuters) – Cuando el cardenal Dominique Mambertì apareció en el balcón central de la Basílica de San Pedro y pronunció la formularia frase en latín “Habemus papam” (Tenemos un papa), más de 100.000 personas le aclamaron.

Cuando leyó el nombre del nuevo papa en latín -Robertum Franciscum Prevost (Roberto Francisco Prevost)-, la multitud enmudeció. Muchos no tenían ni idea de que se había elegido al primer papa estadounidense en la historia de la Iglesia.

En algunos casos, fueron los periodistas quienes informaron a los asistentes quién era el nuevo papa.

“No tenía ni idea de quién era. Esperaba un papa africano para que estuvieran representadas más partes del mundo”, dijo Veronica Genovese, una romana.

“He venido del trabajo. Esperaba a un italiano. No sé quién es”, señaló por su parte Federica Bonomi, otra residente de Roma.

La reacción inicial fue similar a cuando el cardenal polaco Karol Wojtyla, elegido en 1978, se convirtió en el primer papa no italiano en 455 años. Debido a la dificultad que tuvo incluso el cardenal que anunció el nombre para pronunciar el polaco, muchos de los presentes hace 47 años pensaron que se había elegido a un africano.

El jueves, cuando el nuevo papa apareció en el balcón, la multitud no tardó en simpatizar con él. Pronunció su primer discurso como pontífice en italiano y español fluidos, mencionando su antigua diócesis de Chiclayo, en Perú. No dijo nada en inglés ni mencionó su país de nacimiento.

Sin embargo, los estadounidenses presentes en la multitud estaban extasiados.

“Estoy encantada. Espero que esto pueda hacer de Estados Unidos una comunidad más amorosa. Creo que hay mucho odio en Estados Unidos, mucho racismo. Yo lo he experimentado”, dijo Lailah Brown, una afroamericana de 28 años de Seattle. “Espero que Estados Unidos no avergüence al Papa”.

Brown agregó que esperaba que el nuevo papa pudiera animar a más estadounidenses a seguir el ejemplo de Jesús.

“Estados Unidos hace cosas muy vergonzosas que van en contra de la Biblia y solo espero que podamos empezar a vivir de forma más bíblica y amar a los demás no en función de a quién aman o del color de su piel, sino porque son nuestros prójimos”, dijo.

Entre los estadounidenses más gratamente sorprendidos en la plaza se encontraban dos estudiantes de intercambio en Italia: Mackenzie Coy, de 20 años, y Ella Buchanan, de 19 años. Ellas y el papa comparten la misma ciudad natal.

“Una joven encantadora se nos acercó para darnos la mano y nos dijo que era estadounidense. Nos dijo: ‘Il papa è Americano’ (el papa es estadounidense)”, contó Coy.

“Algunos decían que era de Canadá, y otros que era de Perú”, dijo, mencionando el país que adoptó a Prevost.

“Estábamos intentando encajar las piezas y empezamos a oír a la gente decir ‘Chicago, Chicago’ y nos emocionamos mucho”.

(Reporte de Crispian Balmer, edición en español de Javier López de Lérida)

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