Por Gram Slattery y Pesha Magid
RIAD -El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, llegó a Arabia Saudí el martes por la mañana para iniciar una gira de cuatro días por la región del golfo Pérsico, un viaje que se centrará más en los acuerdos económicos que en las crisis de seguridad que asolan la región, desde la guerra en Gaza hasta la amenaza de escalada por el programa nuclear iraní.
Con un séquito de poderosos líderes empresariales estadounidenses en su comitiva, entre ellos el consejero delegado de Tesla y asesor de Trump, Elon Musk, Trump visitará primero Riad, donde se celebra el Foro de Inversión Saudí-Estadounidense, y continuará el miércoles en Qatar y el jueves en Emiratos Árabes Unidos (EAU), pero no visitará Israel.
“Aunque la energía sigue siendo la piedra angular de nuestra relación, las inversiones y las oportunidades de negocio en el reino se han expandido y multiplicado muchas, muchas veces”, dijo el ministro saudí de Inversiones, Khalid al-Falih, al inaugurar el foro.
“Como resultado… cuando saudíes y estadounidenses unen sus fuerzas ocurren cosas muy buenas, la mayoría de las veces ocurren grandes cosas cuando se unen”, dijo antes de la llegada de Trump.
El foro de inversión saudí-estadounidense comenzó con un vídeo que mostraba águilas y halcones volando, celebrando la larga historia entre Estados Unidos y el reino.
Al frente de una sala palaciega se sentaron Larry Fink, consejero delegado de Blackrock, Stephen A. Schwartzman, máximo ejecutivo de Blackstone, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, y el ministro saudí de Finanzas, Mohamed Al Jadaan y Khalid.
En su intervención en un panel del foro mientras Trump aterrizaba en Riad, Fink dijo que había visitado Arabia Saudí más de 65 veces a lo largo de 20 años. Dijo que el reino había sido un seguidor cuando empezó a visitarlo, pero que ahora estaba “tomando el control” y ampliando su economía fuera de su base petrolera.
Arabia Saudí y Estados Unidos mantienen desde hace décadas fuertes lazos basados en un férreo acuerdo en el que el reino suministra petróleo y la superpotencia proporciona seguridad.
Aviones de combate saudíes F-15 aparecieron a ambos lados del Air Force One, navegando muy cerca para acompañar a Trump en el reino, según una información de un reportero del Wall Street Journal.
Trump también ha dicho que podría viajar el jueves a Turquía para posibles conversaciones cara a cara entre el presidente ruso, Vladímir Putin, y el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.
El segundo viaje al extranjero de Trump desde que asumió de nuevo el cargo, el primero fue a Roma para asistir al funeral del papa Francisco, se produce en un momento de tensión geopolítica.
Además de presionar para que se resuelva la guerra en Ucrania, el Gobierno de Trump está impulsando un nuevo mecanismo de ayuda para Gaza, devastada por la guerra e instando al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, a que acuerde un nuevo alto el fuego.
Durante el fin de semana, negociadores estadounidenses e iraníes se reunieron en Omán para discutir un posible acuerdo para frenar el programa nuclear de Teherán. Trump ha amenazado con una acción militar contra Irán si la diplomacia fracasa.
Pero, dejando de lado el posible viaje paralelo a Turquía, esos asuntos no son el centro de la gira de Trump por Oriente Medio tal y como está programada actualmente.
Se espera que Estados Unidos, Arabia Saudí, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos anuncien inversiones potencialmente multimillonarias. Arabia Saudí ya se comprometió en enero a invertir 600.000 millones de dólares en EEUU en los próximos cuatro años, pero Trump ha dicho que pedirá un billón completo.
El secretario de Estado y asesor de Seguridad Nacional, Marco Rubio, y el secretario de Defensa, Pete Hegseth, viajarán con el presidente.
Durante la escala en Riad, se espera que Trump ofrezca a Arabia Saudí un paquete armamentístico por valor de más de 100.000 millones de dólares, según dijeron fuentes a Reuters, que podría incluir una serie de armas avanzadas, entre ellas aviones de transporte C-130.
Se espera que Estados Unidos y Arabia Saudí eviten por completo el tema de la normalización entre Riad e Israel, dijeron las fuentes a Reuters, a pesar de que es el objetivo geopolítico más duradero de Trump en la región.
El enviado de Trump a Oriente Medio, Steve Witkoff, dijo la semana pasada que esperaba progresos inminentes en la ampliación de los Acuerdos de Abraham, un conjunto de acuerdos negociados por Trump en su primer mandato en virtud de los cuales los Estados árabes, incluidos EAU, Baréin, Sudán y Marruecos, reconocieron a Israel.
Pero la oposición de Netanyahu a un cese permanente de la guerra en Gaza o a la creación de un Estado palestino hace improbable que se avance en conversaciones similares con Riad, dijeron fuentes a Reuters.
Es previsible que la segunda y tercera paradas de Trump, en Qatar y EAU respectivamente, se centre igualmente en asuntos económicos.
Se espera que la familia real de Qatar regale a Trump un lujoso avión Boeing 747-8 para que lo utilice como Air Force One, un acuerdo que ha sido objeto de escrutinio por parte de expertos en ética. Se espera que Trump done el avión a su biblioteca presidencial para que utilizarlo una vez finalizado su mandato.
(Información de Gram Slattery, Pesha Magid, Yousef Saba, Federico Maccioni y Nafisa Eltahir en Riad; redacción de Michael Georgy; edición de Alistair Bell y Clarence Fernandez; edición en español de María Bayarri Cárdenas)