PEKÍN, 14 jul (Reuters) – Las exportaciones chinas recuperaron cierto impulso en junio, mientras que las importaciones repuntaron, ya que las empresas se apresuraron a realizar envíos para aprovechar la frágil tregua arancelaria entre Pekín y Washington antes de la inminente fecha límite de agosto.
Las empresas de ambos lados del Pacífico están a la espera de ver si las dos mayores economías del mundo pueden llegar a un acuerdo más duradero o si las cadenas de suministro mundiales volverán a verse alteradas por la reimposición de aranceles superiores al 100%.
Los datos de aduanas del lunes mostraron que los envíos al exterior de China aumentaron un 5,8% interanual en junio, superando la previsión de un aumento del 5,0% en una encuesta de Reuters entre economistas y el crecimiento del 4,8% de mayo.
Las importaciones repuntaron un 1,1%, tras un descenso del 3,4% en mayo. Los economistas habían previsto una subida del 1,3%.
“Hay indicios de que la demanda anticipada está empezando a disminuir gradualmente”, dijo Chim Lee, analista de Economist Intelligence Unit. “Aunque es probable que continúen los envíos por adelantado antes de la fecha límite de agosto para la pausa arancelaria, los fletes de los envíos con destino a EEUU han empezado a bajar”.
Añadió que los controles a la exportación entre Estados Unidos y China se han suavizado sustancialmente y que las condiciones comerciales han vuelto a estar en consonancia con las observadas a mediados de abril.
Los lazos comerciales parecieron estabilizarse en junio después de que los negociadores estadounidenses y chinos acordaran reactivar una frágil tregua alcanzada durante las conversaciones mantenidas en Ginebra en mayo. El acuerdo se había visto afectado antes de las conversaciones por una serie de controles a la exportación que interrumpieron las cadenas de suministro mundiales de industrias clave.
Las exportaciones chinas de tierras raras aumentaron un 32% en junio con respecto al mes anterior, según mostraron los datos de aduanas, en una señal de que los acuerdos alcanzados el mes pasado para liberar el flujo de los metales posiblemente estaban dando sus frutos.
Pero a medida que Trump amplía aún más su ofensiva comercial global con nuevos aranceles a otros socios, los analistas advierten de que Pekín podría verse indirectamente perjudicada por la presión estadounidense sobre terceros países, que se utilizan mucho para los transbordos de productos chinos.
Trump había desvelado recientemente un arancel del 40% sobre los transbordos a Estados Unidos a través de Vietnam, una medida que podría perjudicar a los fabricantes chinos que buscan redirigir los envíos y evitar aranceles más altos.
El presidente estadounidense también ha amenazado con un gravamen del 10% a las importaciones de los países del BRICS, en los que China es miembro fundador, lo que aumenta los riesgos para Pekín.
China tiene de plazo hasta el 12 de agosto para alcanzar un acuerdo duradero con la Casa Blanca.
Además, la tensión con la Unión Europea se ha intensificado. En vísperas de una cumbre crucial a finales de este mes, la UE acusó a China de inundar el mercado mundial con un exceso de capacidad y permitir la economía de guerra de Rusia.
El superávit comercial de China en junio fue de 114.700 millones de dólares, frente a los 103.220 millones de mayo.
(Información de Joe Cash y Ethan Wang; edición de Sam Holmes; edición en español de María Bayarri Cárdenas)