Por Joe Cash, Ellen Zhang y Kevin Yao
PEKÍN, 15 jul (Reuters) – La economía china se desaceleró menos de lo esperado en el segundo trimestre en una muestra de resistencia frente a los aranceles de Estados Unidos, aunque los analistas advierten de que la débil demanda interna y los crecientes riesgos del comercio mundial aumentarán la presión sobre Pekín para que despliegue más estímulos.
La segunda economía del mundo ha evitado hasta ahora una fuerte desaceleración, en parte gracias al apoyo de las políticas y a que las fábricas aprovecharon una tregua comercial entre Estados Unidos y China para adelantar los envíos, pero los inversores se preparan para un segundo semestre más débil a medida que las exportaciones pierden impulso, los precios siguen cayendo y la confianza del consumidor sigue siendo baja.
Los dirigentes económicos se enfrentan a una ardua tarea para alcanzar el objetivo de crecimiento anual de alrededor del 5%, una meta que muchos analistas consideran ambiciosa dada la arraigada deflación y la débil demanda interna.
Los datos del martes mostraron que el producto interior bruto (PIB) de China creció un 5,2% en el trimestre abril-junio respecto al año anterior, ralentizándose desde el 5,4% del primer trimestre, pero justo por encima de las expectativas de los analistas en una encuesta de Reuters de un aumento del 5,1%.
“China logró un crecimiento superior al objetivo oficial del 5% en el segundo trimestre, en parte debido al adelantamiento de las exportaciones”, dijo Zhiwei Zhang, economista jefe de Pinpoint Asset Management.
“El crecimiento por encima del objetivo en el primer y el segundo trimestre da margen al gobierno para tolerar cierta desaceleración en la segunda mitad del año”.
En términos trimestrales, el PIB creció un 1,1% en abril-junio, según los datos de la Oficina Nacional de Estadística, frente al aumento del 0,9% previsto y el 1,2% del trimestre anterior.
Los inversores están muy atentos a la próxima reunión del Politburó, prevista para finales de julio, que probablemente definirá la política económica para el resto del año.
Pekín ha incrementado el gasto en infraestructuras y las subvenciones al consumo, junto con la relajación monetaria. En mayo, el banco central recortó los tipos de interés e inyectó liquidez como parte de un esfuerzo más amplio para amortiguar la economía de los aranceles generalizados del presidente estadounidense Donald Trump.
Algunos analistas creen que el Gobierno podría aumentar el gasto deficitario si el crecimiento se ralentiza bruscamente.
La reacción del mercado a los datos fue en gran medida moderada, con el índice CSI300 de China invirtiendo el rumbo para cotizar con una caída del 0,1%, mientras que el índice de referencia de Hong Kong Hang Seng recortó las ganancias para cotizar con una subida del 0,7%.
PRESIÓN SOBRE LOS HOGARES
Los datos de actividad de junio publicados por separado también el martes subrayaron la presión sobre los consumidores. Mientras que la producción industrial aumentó un 6,8% interanual el mes pasado, el ritmo más rápido desde marzo, el crecimiento de las ventas al por menor se ralentizó hasta el 4,8%, desde el 6,4% de mayo y alcanzó su nivel más bajo desde enero-febrero.
De hecho, las cifras principales del PIB apenas influyeron en la mayoría de los hogares, como el de Mallory Jiang, una doctora de 30 años del centro tecnológico de Shenzhen, en el sur del país, que afirma que tanto ella como su marido han sufrido recortes salariales este año.
“Los ingresos de ambos como médicos han disminuido y aún no nos atrevemos a comprar un piso. Estamos recortando gastos: viajamos en transporte público, comemos en la cafetería del hospital o cocinamos en casa. La presión en mi vida sigue siendo bastante alta”, dijo.
Los observadores y analistas chinos afirman que el estímulo por sí solo puede no ser suficiente para atajar las arraigadas presiones deflacionistas, con una caída de los precios de producción en junio a su ritmo más rápido en casi dos años.
Zichun Huang, economista especializado en China de Capital Economics, afirmó que los datos del PIB “probablemente siguen exagerando la fortaleza del crecimiento”.
“Y con las exportaciones a punto de ralentizarse y el viento de cola del apoyo fiscal en vías de desvancerse, es probable que el crecimiento se ralentice aún más durante la segunda mitad de este año”, dijo.
Los datos del lunes mostraron que las exportaciones de China recuperaron cierto impulso en junio, en un momento en que las fábricas se apresuraron a realizar envíos para capitalizar la frágil tregua arancelaria entre Pekín y Washington antes de la inminente fecha límite de agosto.
(Información de Joe Cash, Ellen Zhang y Kevin Yao; edición de Shri Navaratnam; edición en español de Paula Villalba)