Por Kevin Yao, Joe Cash y Yukun Zhang
PEKÍN, 15 ago (Reuters) – El crecimiento de la producción de las fábricas chinas se desplomó a su nivel más bajo en ocho meses en julio, mientras que las ventas minoristas se ralentizaron bruscamente, cifras que aumentan la presión sobre los dirigentes económicos para que desplieguen más estímulos con el fin de reactivar la demanda interna y alejar las perturbaciones externas de una economía de 19 billones de dólares.
Los decepcionantes indicadores se producen mientras los responsables navegan bajo presión en múltiples frentes que van desde las medidas comerciales del presidente estadounidense, Donald Trump, hasta el clima extremo, la excesiva competencia en el mercado interno y la debilidad crónica en el sector inmobiliario.
La producción industrial creció un 5,7% interanual en julio, según mostraron los datos de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE) el viernes, la lectura más baja desde noviembre de 2024, y en comparación con un aumento del 6,8% en junio. No se cumplieron las previsiones de un aumento del 5,9%, como estimaba un sondeo de Reuters.
Las ventas al por menor, un indicador del consumo, crecieron un 3,7% en julio, el ritmo más lento desde diciembre de 2024, y se enfriaron con respecto al aumento del 4,8% del mes anterior. No alcanzaron el 4,6% previsto.
La tregua comercial temporal alcanzada entre China y Estados Unidos a mediados de mayo, que se prorrogó otros 90 días esta semana, ha impedido que los tipos arancelarios estadounidenses sobre los productos chinos vuelvan a niveles prohibitivos. Sin embargo, los beneficios de los fabricantes chinos siguen viéndose afectados por la moderación de la demanda y la deflación en las fábricas del país.
“La economía depende en gran medida del apoyo gubernamental, y el problema es que esos esfuerzos se concentraron en los primeros meses de 2025, y ahora su impacto se ha desvanecido”, afirmó Xu Tianchen, economista jefe de Economist Intelligence Unit.
Las ayudas públicas han ayudado a la segunda mayor economía del mundo a evitar una desaceleración brusca ampliamente anticipada, junto con las fábricas, que han aprovechado la tregua comercial entre Estados Unidos y China para adelantar los envíos, pero los analistas dicen que la débil demanda interna y los riesgos globales lastrarán el crecimiento en los próximos trimestres.
Los datos del viernes provocaron una reacción mixta de los inversores: los valores chinos subían un 0,5% y los valores de Hong Kong bajaban un 1,1% en las operaciones de la tarde.
La inversión en activos fijos creció solo un 1,6% en los siete primeros meses del año, frente al 2,7% previsto. En el primer semestre había crecido un 2,8%.
“Es posible que las empresas estén utilizando la capacidad existente en lugar de construir nuevas plantas”, dijo Yuhan Zhang, economista principal del Centro de China de The Conference Board.
“El desglose del valor añadido industrial de julio revela una historia más matizada que el débil titular de la inversión en activos fijos”, añadió, y señaló las industrias de fabricación de automóviles, ferrocarriles, construcción naval, aeroespacial y otros equipos de transporte de China como “valores atípicos (que) indican que los sectores estratégicos, de alta tecnología e impulsados por políticas siguen atrayendo un capital sustancial”.
Pekín ha intensificado recientemente las medidas de estímulo económico y ha hecho promesas para apuntalar el consumo interno y frenar la excesiva competencia de precios, mientras las autoridades se esfuerzan por elevar el crecimiento hacia el objetivo del Gobierno para 2025 de alrededor del 5%.
(Información de Kevin Yao, Joe Cash y Yukun Zhang; edición de Shri Navaratnam; edición en español de Jorge Ollero Castela)