Por Fatos Bytyci y Florion Goga
SKENDERBEGAS, ALBANIA, 18 ago (Reuters) – La semana pasada, cuando los incendios arrasaban Albania, la gente se vio obligada a huir para salvar sus vidas, sin tiempo para salvar a su ganado.
Ahora que el fuego está amainando, algunos voluntarios se dedican a cuidar de los animales que sufrieron quemaduras.
La suiza Maria Cristina Medina, que dirige el refugio de animales Tierhilfe, cerca de la capital, Tirana, observó cómo un veterinario administraba antibióticos y aplicaba loción a una yegua que sufrió quemaduras en Delvina, una de las localidades más afectadas del sur del país.
“Delvina tiene muchas posibilidades de sobrevivir, ya que sus pulmones no resultaron dañados y está luchando por su vida”, declaró Medina. La yegua herida, que ahora comparte nombre con el pueblo, empezó a comer y beber tras recibir tratamiento.
También se está atendiendo a un burro con quemaduras.
Medina dijo que ha recibido un flujo constante de llamadas acompañadas de fotos de animales abrasados, muchos de los cuales tuvieron que ser sacrificados debido a la gravedad de sus heridas.
“He visto fotos de animales quemados y he llorado e incluso he vomitado, pero luego me he recuperado y he seguido adelante porque necesitan mi ayuda”, dijo Medina.
Más tarde, ella y su equipo se dirigieron al pueblo de Skënderbegas, a unas dos horas de Tirana, en el este del país, para comprobar si había más animales quemados.
Más de 30 casas y graneros quedaron destruidos en el pueblo y la evidencia de la devastación es dura, con esqueletos de cabras, vacas y burros esparcidos entre las ruinas.
“Las llamas llegaron muy deprisa. Nos apresuramos a salvar a los niños, pero no pude desencadenar a la vaca”, dijo Manjola Doci, cuya vaca preñada de un mes sufrió quemaduras en gran parte del cuerpo.
Un vecino perdió sus 12 cabras y otro tres vacas, una gran pérdida en una región donde estos animales suelen ser el principal medio de alimentación y transporte de la población.
(Información de Fatos Bytyci; edición de Sharon Singleton; editado en español por Irene Martínez)