Por Lisa Richwine
LOS ÁNGELES, 22 ago (Reuters) – El jueves se denegó la libertad condicional a Erik Menéndez, que junto con su hermano Lyle lleva 35 años de cadena perpetua por disparar mortalmente a sus padres mientras veían la televisión en su casa de Beverly Hills, California, en 1989.
La decisión de los comisionados de libertad condicional de California se anunció tras una audiencia de 10 horas en la que Erik Menéndez, que compareció por vídeo desde una prisión de San Diego, argumentó que se había rehabilitado y que su puesta en libertad ayudaría a sanar a su familia. Varios familiares defendieron su puesta en libertad.
Sin embargo, los miembros de la Junta de Audiencias de Libertad Condicional de California consideraron que Erik Menéndez seguía representando “un riesgo irrazonable para la seguridad pública”, declaró el Comisario de Libertad Condicional, Robert Barton, según un informe conjunto de los medios.
La gravedad del delito “no fue una razón principal para esta denegación”, dijo Barton. “Sigue siendo su comportamiento en prisión”.
Barton señaló violaciones de las reglas de la prisión, incluyendo contrabando de drogas, uso de teléfonos móviles y episodios de violencia en 1997 y 2011.
“Contrariamente a las creencias de sus simpatizantes, usted no ha sido un prisionero modelo y francamente lo encontramos un poco alarmante”, dijo Barton.
La junta considerará si recomienda la libertad condicional para Lyle Menéndez el viernes. Erik Menéndez podrá solicitar de nuevo la libertad condicional dentro de tres años.
Los hermanos dijeron que dispararon a sus padres, José y Kitty Menéndez, porque temían por sus vidas tras años de abusos sexuales por parte de su padre y maltrato emocional por parte de su madre. Erik Menéndez tenía 18 años y Lyle Menéndez 21 en aquel momento.
“Mi padre era el ser humano más aterrador que jamás había conocido”, dijo Erik Menéndez el jueves cuando le preguntaron por qué no abandonó el hogar en lugar de cometer un asesinato.
“Cuando miro hacia atrás y veo la persona que era entonces y lo que creía sobre el mundo y mis padres, huir era inconcebible”, dijo.
Los fiscales argumentaron que los asesinatos estaban fríamente calculados y motivados por la codicia, concretamente el deseo de los hermanos de heredar la multimillonaria fortuna de sus padres.
Los hermanos están detenidos desde marzo de 1990 y fueron condenados en 1996 a dos cadenas perpetuas consecutivas sin posibilidad de libertad condicional.
En mayo, un juez les impuso a cada uno una nueva condena de 50 años a cadena perpetua. En virtud de la legislación de California, los dos pueden optar inmediatamente a la libertad condicional porque eran menores de 26 años en el momento de cometer los delitos y ya habían cumplido más de la mitad de su condena.
(Información de Jasper Ward; edición de Michael Perry; editado en español por Irene Martínez)