“¡Lanzamos granadas de mano!”: niños rusos de tan solo 8 años prueban un entrenamiento militar

REGIÓN DE ROSTOV, Rusia, 22 ago (Reuters) – Decenas de alumnos disfrutaron esta semana de una aventura ribereña en el sur de Rusia, pero no se trataba de un campamento de vacaciones cualquiera.

Con los gritos de ánimo de los instructores militares, los 83 niños, de edades comprendidas entre los 8 y los 17 años, participaron en una “marcha de entrenamiento” por la orilla del río Don, corriendo y arrastrándose por la arena y aguas poco profundas.

Muchos llevaban uniformes de camuflaje. Algunos llevaban armas reales, mientras que otros sostenían réplicas de juguete.

El ejercicio, supervisado por soldados que han participado en la guerra de Ucrania, formaba parte de una tendencia más amplia en Rusia de educar incluso a los niños pequeños en habilidades para equiparlos para un eventual servicio militar.

Uno de los participantes más jóvenes, Ivan Glushchenko, de 8 años, respondió al instante cuando se le preguntó cuál había sido la parte más memorable.

“Cuando lanzamos granadas de mano y disparamos balas de mentira”, dijo.

Los niños formaban parte de un grupo de cadetes dirigido por cosacos en la región de Rostov, cerca de la frontera con Ucrania.

“¿Por qué estoy aquí? Porque quiero vincular mi futuro al servicio militar. (Quiero) servir a mi país y ser leal a mi causa hasta el final”, dijo uno de los chicos más mayores, Anton.

Otro, David, dijo que la “marcha de entrenamiento” le había permitido poner a prueba sus propios límites. “Me permitió descubrir lo fuerte que es mi fuerza de voluntad”. 

Críticos como la organización independiente de defensa de los derechos de los niños “Ne Norma” afirman que someter a los jóvenes a un entrenamiento al estilo del ejército y enseñarlos en la escuela a manejar armas y construir drones militares es una forma de adoctrinamiento y propaganda.

Las autoridades rusas afirman que este tipo de educación sirve para inculcar un patriotismo sano y fomentar la resistencia nacional.

Entre los instructores de Rostov se encontraba Alexander Shopin, un soldado ruso que fue herido en Ucrania y está a la espera de ser operado. Su hija mediana fue una de las participantes.

“No es la primera vez que participo en esta marcha itinerante. Me gusta: transmitir mi experiencia a los niños. Puedes ver cómo entre ellos se forja una familia”, dijo Shopin.

El instructor Vladímir Yanenko dijo que los niños sacaron “comprensión y conocimiento” de la experiencia.

“La formación patriótica es muy importante”, afirmó. “No quieren andar por los callejones. Esto es mucho más divertido para ellos”.

(Información de Reuters; redacción de Mark Trevelyan; edición de Mark Heinrich; editado en español por Irene Martínez)

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