Por Walter Bianchi
BUENOS AIRES, 25 ago (Reuters) -El avance de una investigación sobre un supuesto esquema de sobornos que amenaza a altos funcionarios del oficialismo centró el lunes la atención de los inversores en Argentina, a pocos días de que el Gobierno sufriera un revés legislativo con el rechazo de una serie de decretos presidenciales.
El mandatario libertario Javier Milei sostiene desde el inicio de su mandato que terminará y juzgará la corrupción, al tiempo que judicializará las leyes que impliquen un aumento de las partidas que puedan afectar su meta de déficit cero.
El actual caso de corrupción involucra al extitular de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), Diego Spagnuolo, que perdió su cargo tras difundirse unos audios en los que revela la supuesta existencia de una red de sobornos que involucra a la secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, hermana y mano derecha del presidente.
Los audios detallan que a los laboratorios farmacéuticos se les exigía el 8% de la facturación para obtener contratos de compra con el Estado.
“El impacto político de los escándalos de corrupción no es lineal”, dijo el politólogo Ignacio Labaqui en X. “La opinión pública reacciona de forma diferente frente a casos de corrupción. A veces hay tolerancia cero y otras veces se mira para el otro lado”, señaló.
En un contexto global adverso a las inversiones de riesgo, el índice accionario S&P Merval de Buenos Aires perdió un 4,01% al cierre provisorio, al tiempo que los ADRs argentinos en Nueva York cayeron hasta un 7%.
En la plaza extrabursátil local, los bonos soberanos mostraron bajas promedio del 1,5% liderados por las ventas entre las emisiones dolarizadas.
Marcelo García, director para las Américas de la consultora de riesgos Horizon Engage, con sede en Nueva York, dijo que los inversores extranjeros están preocupados de que una posible disminución de la popularidad de Milei pueda obstaculizar su agenda económica.
“Afecta la capacidad del Gobierno para mantener la reputación suficiente como para seguir implementando reformas drásticas en los próximos dos años”, dijo García. “La estrategia política de Milei, de confrontación continua con todos, requiere que sea muy popular”.
“La confianza en el Gobierno alcanza su valor más bajo desde el inicio del mandato de Javier Milei”, reportó la Escuela de Gobierno de la Universidad Torcuato Di Tella. El Índice de Confianza en el Gobierno (ICG) de agosto de 2025 se ubicó en 2,12 puntos, lo que representa una caída del 13,6% respecto al mes anterior y del 16,5% en comparación con el mismo mes del año pasado.
En este contexto político tenso, el oficialismo se encamina a las elecciones legislativas de medio término en octubre, en las que Milei busca afianzar su presencia en el Congreso donde cuenta con minoría en ambas cámaras.
Mientras tanto, se aguarda que el Tesoro anuncie las condiciones de la próxima licitación de letras, en la que enfrenta vencimientos por 3,7 billones de pesos.
“Esta semana la atención estará puesta no solo en las tasas que convalide el Tesoro —que vienen subiendo en cada licitación— sino también en el nivel de ‘rollover’ (renovación)”, dijo Max Capital en un informe.
En este marco, las altas tasas de interés que se registraron en las sesiones pasadas crean un clima incierto a la hora de definir inversiones.
El mercado de dinero sufrió a mediados de julio un desequilibrio cuando se dejó de lado una tasa de política monetaria con la cancelación de las letras “Lefis”, por lo que el mercado ahora se mueve con una tasa endógena de acuerdo a oferta y demanda de pesos.
La tasa de cauciones bursátiles trepaba en niveles del 80% anual hacia el cierre en colocaciones a un día de plazo, luego de mostrar la semana pasada bruscas oscilaciones intrahorarias que fueron entre el 1% y el 150% anual.
“El foco estará en la liquidez y en las tasas, y creemos que, al menos hasta las elecciones (legislativas), el esquema monetario vendrá marcado por discrecionalidad por parte del equipo económico para evitar sobresaltos nominales”, dijo Juan Manuel Franco, del Grupo SBS.
El peso interbancario se depreció un fuerte 3,08% a 1.363 unidades por dólar manteniendo niveles medios de su banda de intervención fijada en abril pasado.
En este marco complicado para el mercado, los negocios a futuro del peso se pactaron en baja a 1.424 unidades por dólar con liquidación a septiembre y a 1.553,5 para las operaciones a fin de año.
“No hay por delante ningún escenario catástrofe, el dólar puede bajar y, de confirmarse una baja de tasas en el mundo, estamos en las puertas de una baja en el riesgo país y acceder a los mercados voluntarios de deuda”, estimó el analista Salvador di Stefano con optimismo.
(Reporte de Walter Bianchi;colaboración de Hernán Nessi y Jorge Otaola en Buenos Aires y Rodrigo Campos en Nueva York;Editado por Lucila Sigal)