FRÁNCFORT, 2 sep (Reuters) -La inflación de la zona euro subió ligeramente en agosto, manteniéndose cerca del objetivo del 2% fijado por el Banco Central Europeo y reforzando probablemente las apuestas del mercado de que los tipos de interés se mantendrán sin cambios a corto plazo.
La inflación en los 20 países que comparten el euro subió al 2,1% el mes pasado desde el 2,0% de julio, justo por encima de las expectativas del 2,0% según un sondeo de Reuters, tras un repunte de los precios de los alimentos no procesados y a un menor efecto de la bajada de los costes energéticos, según los datos de Eurostat publicados el martes.
Mientras tanto, una cifra más seguida sobre los precios subyacentes, que excluyen los precios volátiles de los alimentos y los combustibles, se mantuvo estable en el 2,3%, por encima de las expectativas de una caída al 2,2%.
Las cifras confirman la previsión del BCE de que la inflación oscilará en torno al objetivo hasta finales de año, ya que la moderación de la inflación de los bienes y de los precios de la energía contrarrestan el fuerte crecimiento de los precios de los alimentos y los servicios.
Esta relativa calma en el crecimiento de los precios es la razón por la que los mercados esperan unos tipos de interés estables durante el resto del año, aunque es probable que los dirigentes monetarios sigan debatiendo si es necesaria una mayor relajación además de los dos puntos porcentuales de recortes de tipos realizados desde mediados de 2024.
Este debate podría acelerarse a principios de 2026, ya que se espera que el crecimiento de los precios no alcance el objetivo, aunque sea temporalmente, lo que suscitaría la preocupación de que una inflación demasiado baja pudiera afianzarse, al igual que ocurrió en la década anterior a la pandemia.
Anticipándose a este debate, Isabel Schnabel, miembro del Comité Ejecutivo del BCE, argumentó el martes que los riesgos para la inflación se inclinaban en realidad hacia lecturas más altas y que no veía riesgo alguno de que el crecimiento de los precios se estancara por debajo del objetivo, ya que el crecimiento económico era saludable y las turbulencias comerciales ejercerían una presión al alza sobre los costes.
“Es importante reconocer que no podemos ajustar la inflación de forma que se sitúe siempre en el 2% en un mundo propenso a los sobresaltos”, dijo Schnabel a Reuters. “Podemos tolerar desviaciones moderadas de la inflación respecto al objetivo en cualquier dirección”.
Otros responsables de política monetaria confían menos en las perspectivas y siguen debatiendo abiertamente la posibilidad de una mayor relajación más adelante.
El BCE se reunirá el 11 de septiembre y la mayoría de los economistas no prevé cambios en el tipo de depósito del 2%.
Las expectativas, sin embargo, divergen más adelante y algunos todavía prevén un recorte “seguro” a finales de año o principios de 2026 para señalar que no se tolerará una inflación persistentemente por debajo de lo esperado.
(Información de Balazs Koranyi; edición de Toby Chopra; editado en español por Benjamín Mejías Valencia)