Maduro se ofrece a dialogar directamente con Grenell, enviado de Trump

WASHINGTON/BOGOTA, 20 sep (Reuters) – El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ofreció entablar conversaciones directas con la administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, días después del primer ataque estadounidense a un barco del país sudamericano que, según Trump, transportaba narcotraficantes.

En una carta a Trump que fue vista por Reuters, Maduro rechazó las afirmaciones de Estados Unidos de que Venezuela jugó un papel grande en el tráfico de drogas, señalando que sólo el 5% de las drogas producidas en Colombia se envían a través de Venezuela -de las cuales dijo que el 70% fueron neutralizadas y destruidas por autoridades venezolanas.

“Presidente, espero que juntos podamos derrotar las falsedades que han mancillado nuestra relación, que debe ser histórica y pacífica”, escribió Maduro en la carta. “Estos y otros temas estarán siempre abiertos a una conversación directa y franca con su enviado especial (Richard Grenell) para superar el ruido mediático y las fake news”, señala la carta.

Destacó que Grenell había ayudado a resolver rápidamente las acusaciones anteriores de que Venezuela se negaba a aceptar de vuelta a los migrantes y agregó: “Hasta la fecha, este canal ha funcionado a la perfección”.

Los vuelos de deportación dos veces por semana que trasladan a migrantes ilegales a Venezuela desde Estados Unidos han continuado sin interrupción a pesar de los ataques estadounidenses, dijeron a Reuters fuentes familiarizadas con el asunto.

La carta de Maduro fue fechada el 6 de septiembre, cuatro días después de un ataque estadounidense contra un barco que la administración Trump ha afirmado, sin evidencia, que transportaba narcotraficantes. El ataque provocó la muerte de 11 personas que, según Trump, eran miembros de la banda Tren de Aragua y se dedicaban al tráfico de drogas.

La Casa Blanca no hizo comentarios de manera inmediata.

Trump redobló su campaña de presión el sábado, advirtiendo en una publicación en su plataforma Truth Social que Venezuela debe aceptar el regreso de todos los prisioneros que, según dijo, Venezuela había forzado a entrar en Estados Unidos, o de lo contrario pagar un precio “incalculable”.

Trump anunció el viernes al menos el tercer ataque contra presuntas embarcaciones de narcotraficantes procedentes de Venezuela, en medio de un gran despliegue militar estadounidense en el sur de El Caribe que incluye siete buques de guerra, un submarino de propulsión nuclear y cazas furtivos F-35.

El ataque provocó la muerte de “3 narcoterroristas varones a bordo del buque”, dijo Trump, sin aportar pruebas.

El Gobierno venezolano, que dice haber desplegado decenas de miles de soldados para luchar contra el narcotráfico y defender el país, ha dicho que ninguna de las personas muertas en el primer ataque pertenecía al Tren de Aragua. También niega las acusaciones de vínculos entre autoridades venezolanas de alto nivel y bandas de narcotraficantes.

Maduro ha alegado en repetidas ocasiones que Estados Unidos espera expulsarle del poder. Trump negó esta semana estar interesado en un cambio de régimen, pero Washington duplicó el mes pasado su recompensa por información que conduzca al arresto de Maduro a 50 millones de dólares, acusándolo de vínculos con el narcotráfico y grupos criminales.

Maduro reiteró su negativa en su carta a Trump.

“Esta es la instancia más atroz de desinformación contra nuestra nación, destinada a justificar una escalada hacia un conflicto armado que infligiría daños catastróficos en todo el continente”, escribió en su carta a Trump.

La administración de Trump parece dividida sobre Venezuela, con el secretario de Estado, Marco Rubio, y el secretario de Defensa, Pete Hegseth, encabezando la campaña de presión contra Maduro, mientras que Grenell, quien se desempeñó como director interino de inteligencia nacional durante el primer mandato de Trump, y otros impulsan la diplomacia.

En su carta, Maduro dijo que se había comunicado y continuaría comunicándose con Grenell, quien ayudó a organizar los vuelos de deportación, algunos directamente a Caracas y otros a través de Honduras.

El funcionario de la administración dijo que más de 8,000 venezolanos han sido expulsados de Estados Unidos en vuelos hasta la fecha. Reuters no pudo verificar las cifras.

Grenell también trabajó con el régimen de Maduro para asegurar la liberación de siete ciudadanos estadounidenses, incluido un veterano de la Fuerza Aérea Joe St. Clair liberado en mayo cuya familia dijo que había estado detenido injustamente en Venezuela desde noviembre de 2024.

Grenell no estuvo disponible de inmediato para hacer comentarios.

“Maduro está claramente haciendo acercamientos”, dijo Geoff Ramsey, miembro senior del centro de estudios Atlantic Council. “La pregunta para la Casa Blanca es, ¿cómo consiguen una victoria aquí? Maduro no va a querer entregar su cabeza en bandeja de plata a la oposición venezolana o a los estadounidenses”, añadió.

Ramsey dijo que el propósito de Estados Unidos era alentar a la oposición a derrocar a Maduro, pero que esa estrategia se había intentado sin éxito durante décadas.

Henry Ziemer, investigador asociado del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, señaló que Trump tenía una clara aversión a los problemas, pero era probable que se produjeran más ataques selectivos.

“No creo que Trump quiera una guerra y Maduro ciertamente no quiere una guerra”, dijo Ziemer. “Pero cuantos más activos pones en la región (…) más oportunidades hay para un error de cálculo. El riesgo es que terminemos en una posición en la que tanto Maduro como Trump sientan que no pueden retroceder”, consideró.

(Reporte de oficinas de Reuters en Washington y Bogotá; editado por Mary Milliken, Andrea Ricci y Adriana Barrera)

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