WASHINGTON, 26 sep (Reuters) – El gasto de los consumidores estadounidenses aumentó algo más de lo previsto en agosto, manteniendo la solidez de la economía a medida que avanza el tercer trimestre, mientras la inflación sigue subiendo a un ritmo moderado.
El gasto de los consumidores, que representa más de dos tercios de la actividad económica, aumentó un 0,6% el mes pasado, tras un avance no revisado del 0,5% en julio, según informó el viernes la Oficina de Análisis Económico del Departamento de Comercio (BEA, por sus siglas en inglés). Los economistas consultados por Reuters esperaban un alza del 0,5%.
El gasto ha avanzado pese a la importante desaceleración del mercado laboral, marcada por un crecimiento del empleo que se ha estancado en los últimos tres meses. Está siendo impulsado por los hogares de altos ingresos, ya que la solidez del mercado bursátil y los precios de la vivienda, aún elevados, aumentan su riqueza. Los datos de la Reserva Federal de este mes mostraron que la riqueza de los hogares se elevó hasta un récord de 176,3 billones de dólares en el segundo trimestre.
No obstante, los hogares con rentas más bajas tienen dificultades y soportan gran parte de la carga del aumento de los precios de los bienes debido a los aranceles a la importación. Los recortes en el programa de asistencia nutricional suplementaria del gobierno federal, comúnmente conocido como cupones de alimentos, supondrán un dolor aún mayor.
“Con el gasto concentrado en los hogares de renta alta, el riesgo para la previsión de crecimiento del consumo se concentra más en los motores de la riqueza de los hogares: el mercado de valores y los precios de la vivienda”, dijo Ryan Sweet, de Oxford Economics.
“Los efectos de la riqueza se han vuelto más potentes para el gasto de los consumidores, algo positivo cuando los precios de las acciones y la vivienda suben, pero un riesgo si, y cuando, flaquean”, agregó.
El fuerte gasto de los consumidores contribuyó a que el Producto Interno Bruto creciera a una tasa anualizada del 3,8% en el segundo trimestre, la más rápida en casi dos años. Las estimaciones de crecimiento para el tercer trimestre convergen en torno a un ritmo del 2,5%.
Los economistas esperan que el gasto se ralentice bastante a fines de año, mermado por el alza de los precios. La inflación ha tardado en aumentar en respuesta a los aranceles generalizados del presidente Donald Trump, ya que las empresas vendieron el inventario acumulado antes de que entraran en vigor los aranceles e incluso absorbieron algunos de ellos.
El índice de precios de los gastos de consumo personal (PCE) aumentó un 0,3% en agosto, tras ganar un 0,2% en julio, según la BEA. En los 12 meses hasta agosto, el índice de precios PCE avanzó un 2,7% tras subir un 2,6% en julio.
Excluyendo los volátiles componentes alimentario y energético, el índice PCE subió un 0,2% el mes pasado, tras aumentar un 0,2% en julio. En los 12 meses transcurridos hasta agosto, la llamada inflación subyacente se aceleró un 2,9% después de subir un 2,9% en julio.
La Fed hace un seguimiento de las medidas de precios PCE para alcanzar su objetivo de inflación del 2%. El banco central estadounidense reanudó la semana pasada la relajación de su política, recortando su tasa de interés de referencia a un día en 25 puntos básicos, al 4%-4,25%.
El presidente de la Fed, Jerome Powell, dijo esta semana que “los riesgos a corto plazo para la inflación se inclinan al alza y los del empleo a la baja, una situación desafiante”.
(Reporte de Lucia Mutikan; editado en español por Carlos Serrano)