Por Luc Cohen
NUEVA YORK, 30 sep (Reuters) -La fiscalía federal de Estados Unidos instó el martes a un juez a condenar a Sean “Diddy” Combs a más de once años de prisión esta semana tras la condena del magnate del hip-hop por cargos relacionados con la prostitución.
Los fiscales solicitaron “al menos 135 meses de prisión” y pidieron al tribunal que impusiera a Combs una multa de 500.000 dólares, según la presentación judicial.
Está previsto que el juez de distrito Arun Subramanian dicte sentencia contra Combs en una audiencia que se celebrará el viernes en Manhattan.
Combs, de 55 años, se enfrenta a un máximo de 20 años entre rejas después de que un jurado lo declarara culpable el 2 de julio, tras un juicio de dos meses, de dos cargos de transporte de trabajadores sexuales a través de las fronteras estatales para participar en espectáculos sexuales con sus novias mientras él miraba, grababa vídeos y se masturbaba.
El jurado absolvió a Combs de los cargos más graves a los que se enfrentaba, asociación ilícita y tráfico sexual, cargos que podrían haberle llevado a prisión de por vida. Combs se declaró inocente de todos los cargos y se espera que recurra su condena.
La semana pasada, sus abogados defensores instaron al juez a que le impusiera una condena de 14 meses, argumentando que Subramanian no debería tener en cuenta las pruebas de abusos cometidos por Combs contra sus antiguas novias porque los miembros del jurado le absolvieron de coaccionarlas para mantener relaciones sexuales.
Con esa sentencia, Combs quedaría en libertad a finales de año porque se le acreditaría el tiempo que ya ha pasado en la cárcel, en el Centro de Detención Metropolitano de Brooklyn, tras su arresto el 16 de septiembre de 2024.
Combs fundó Bad Boy Records y se le atribuye la popularización del hip-hop en la cultura estadounidense.
Durante el juicio, los fiscales dijeron que Combs coaccionó a dos de sus ex novias para que participaran en las actuaciones, a veces conocidas como “Freak Offs”.
Ambas mujeres declararon que Combs las agredió físicamente y las amenazó con cortarles la ayuda económica si se resistían a los encuentros.
Los abogados de Combs argumentaron que no había relación directa entre lo que llamaron violencia doméstica y la participación de las mujeres en los “Freak Offs”, una estrategia que finalmente resultó en la absolución de su cliente de los cargos de tráfico sexual y crimen organizado.
(Información de Luc Cohen en Nueva York; información adicional de Shivani Tanna en Bengaluru; edición de Will Dunham; editado en español por Irene Martínez)