Netanyahu se enfrenta a reacción de la extrema derecha por plan para poner fin a la guerra en Gaza

Por Alexander Cornwell

JERUSALÉN, 5 oct (Reuters) -Una fisura dentro de la coalición de extrema derecha del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se está convirtiendo en una dificultad para los esfuerzos para poner fin a la guerra en Gaza, amenazando con descarrilar un plan estadounidense para remodelar el panorama político de Oriente Medio.

Bajo la presión de Donald Trump para poner fin a la guerra de dos años, Netanyahu se enfrenta a una reacción airada de sus aliados ultranacionalistas, cuya oposición a la propuesta del presidente estadounidense sobre Gaza podría obligar al líder israelí a convocar elecciones anticipadas.

Netanyahu ha adoptado el plan de 20 puntos de Trump para poner fin a la guerra, que exige la desmilitarización de Gaza y descarta cualquier futuro papel de Gobierno para Hamás, aunque permite que sus miembros se queden si renuncian a la violencia y entregan las armas.

Hamás también respondió positivamente, aceptando parcialmente el plan de Trump y diciendo que estaba dispuesta a negociar la liberación de los rehenes y que formaría parte de un “marco nacional palestino” mientras se aborda el futuro de Gaza.

Pero la idea de que Hamás pudiera seguir existiendo, y mucho menos estar en condiciones de seguir discutiendo el plan para Gaza tras la liberación de los rehenes, enfureció a los socios de coalición de derechas de Netanyahu.

“No podemos aceptar bajo ninguna circunstancia un escenario en el que reviva la organización terrorista que trajo la mayor calamidad sobre el Estado de Israel”, dijo el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir.

“De ninguna manera seremos socios de eso”, dijo en una publicación en X después del Sabbat, amenazando con abandonar el Gobierno.

Si los ministros de extrema derecha creen que Netanyahu ha hecho demasiadas concesiones para poner fin a la guerra, su coalición en el poder -el Gobierno más derechista de la historia de Israel- podría derrumbarse un año antes de las próximas elecciones de octubre de 2026.

Pero insistir en más guerra en Gaza enemistaría a las familias de los rehenes aún retenidos por militantes palestinos en Gaza, y podría alienar aún más a un público israelí cansado de la guerra, así como a los aliados internacionales de Israel.

La continuación del conflicto también podría extinguir las esperanzas israelíes de que más Estados árabes y musulmanes, como Arabia Saudí o Indonesia, se unan a los Acuerdos de Abraham, un conjunto de pactos respaldados por Estados Unidos que normalizaron las relaciones entre Israel y varios Estados árabes.

El ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, había dicho el sábado que detener los ataques en Gaza era un “grave error” que con el tiempo erosionaría la posición de Israel.

Ben-Gvir y Smotrich, cuyos partidos ocupan 13 de los 120 escaños de la Knesset, llevan mucho tiempo presionando a Netanyahu para que persiga objetivos amplios y aparentemente inalcanzables en Gaza. Si ambos abandonaran el Gobierno, probablemente se convocarían elecciones.

(Reporte de Alexander Cornwell en Jerusalén, contribución de Pesha Magid y Steven Scheer, edición en español de Javier López de Lérida)

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