GINEBRA, 7 oct (Reuters) -La ofensiva israelí en Gaza, lanzada en respuesta al ataque del grupo miliciano palestino Hamás contra comunidades del sur de Israel el 7 de octubre de 2023, ha matado a decenas de miles de palestinos y ha arrasado amplias franjas del territorio.
A continuación se ofrece un resumen del alcance de las muertes y los daños durante la guerra de Gaza. Gran parte de los datos han sido extraídos de los informes publicados por la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA, por sus siglas en inglés).
MUERTES EN GAZA
Desde el 7 de octubre de 2023 han muerto en Gaza más de 67.000 palestinos, de los cuales casi un tercio eran menores de 18 años, según las autoridades sanitarias de Gaza.
El Ministerio de Sanidad de Gaza no distingue entre civiles y combatientes en su recuento. Israel ha afirmado anteriormente que al menos 20.000 de los muertos eran combatientes.
Israel afirma que su ofensiva está dirigida contra Hamás y que intenta evitar la muerte de civiles, pero que el grupo se esconde entre la población civil, afirmación que Hamás niega.
El mes pasado, una comisión de investigación de la ONU determinó que Israel había cometido genocidio en Gaza y señaló la magnitud de las matanzas como uno de los hechos que respaldaban su conclusión. Israel calificó la conclusión de tendenciosa y “escandalosa”.
MUERTES DE ISRAELÍES
Al menos 1.665 israelíes y extranjeros han muerto como consecuencia de la guerra entre el 7 de octubre de 2023 y el 29 de septiembre de 2025, según la información oficial israelí. De ellos, 1.200 murieron en el ataque del 7 de octubre.
El ejército israelí afirma que 466 de sus soldados han muerto en combate y otros 2.951 han resultado heridos desde que comenzó su operación terrestre en Gaza el 27 de octubre de 2023.
Hamás tomó a 251 personas como rehenes y las llevó a Gaza tras el ataque del 7 de octubre. Israel afirma que 48 rehenes permanecen en Gaza, de los cuales se cree que 20 están vivos.
Según un plan que ambas partes están debatiendo para detener la guerra, los rehenes restantes serían entregados en un canje por prisioneros palestinos retenidos en Israel, pero es poco probable que se llegue a un acuerdo rápido en las conversaciones, según responsables.
EDIFICIOS DAÑADOS
Alrededor de 193.000 edificios de Gaza han quedado destruidos o dañados, según un análisis del Centro de Satélites de Naciones Unidas de las últimas cifras de julio. Alrededor de 213 hospitales y 1.029 escuelas han sido blanco de los ataques.
Solo 14 de los 36 hospitales de Gaza siguen funcionando parcialmente, según la Organización Mundial de la Salud, y los del sur de Gaza están desbordados.
La oficina de derechos humanos de la ONU ha expresado su honda preocupación por el nivel de destrucción en la ciudad de Gaza, principal centro urbano del enclave, y ha afirmado que cualquier intento deliberado de reubicar a la población equivaldría a una limpieza étnica.
DESPLAZAMIENTO
Según Naciones Unidas, solo el 18% de la Franja de Gaza no está sujeto a órdenes de desplazamiento ni se encuentra en zonas militarizadas. Muchos palestinos han sido desplazados en múltiples ocasiones.
Desde que Israel ampliara su campaña militar en la ciudad de Gaza a mediados de agosto con la promesa de erradicar a los combatientes de Hamás, la ONU ha registrado más de 417.000 desplazamientos de personas del norte al sur del enclave.
Israel ha instado a los residentes de la ciudad de Gaza a dirigirse al sur, pero las condiciones en el sur de Gaza son terribles, donde hay familias que viven hacinadas en tiendas improvisadas y los servicios se encuentran desbordados mientras intentan hacer frente a las nuevas llegadas, según las agencias de ayuda.
ALIMENTOS Y HAMBRE
Un observatorio mundial del hambre afirmó en agosto que la hambruna se había apoderado de la ciudad de Gaza y que era probable que se extendiera. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, tachó el informe de “mentira descarada”.
El sistema de Clasificación Integrada de las Fases de la Seguridad Alimentaria afirmó que 514.000 personas —cerca de una cuarta parte de los palestinos de Gaza— sufrían hambruna.
Al menos 177 personas, entre ellas 36 niños, han muerto de inanición y desnutrición desde que se confirmó la hambruna en partes de Gaza, según el Ministerio de Sanidad de Gaza.
Más del 60% de las mujeres embarazadas y las madres primerizas sufren desnutrición, según el Fondo de Población de la ONU.
AYUDA
El 21 de mayo, Israel levantó un bloqueo de 11 semanas de duración sobre los suministros que entraban en Gaza. Las agencias de ayuda han afirmado que el goteo de ayuda que llega a Gaza está muy por debajo de las necesidades.
Numerosas agencias de ayuda afirman que siguen enfrentándose a restricciones y obstáculos logísticos, como el cierre del paso de Zikim entre Gaza e Israel el 12 de septiembre y el cierre del paso de Allenby entre el territorio de Cisjordania bajo ocupación israelí y Jordania para el suministro de ayuda alimentaria el 24 de septiembre.
Israel afirma que no hay límite cuantitativo para la ayuda alimentaria que entra en Gaza y acusa a Hamás de robar la ayuda, acusaciones que la milicia palestina niega.
Alrededor del 73% de los camiones de ayuda que transportaban ayuda alimentaria a Gaza en septiembre fueron interceptados por civiles hambrientos o por la fuerza por bandas armadas, según la OCHA.
Desde el 27 de mayo, al menos 2.340 personas han muerto mientras buscaban alimentos o ayuda en Gaza: aproximadamente la mitad de ellas cerca de los puntos de suministro militarizados y el resto a lo largo de las rutas de los convoyes de ayuda, según cifras de la OCHA a 29 de septiembre.
La Fundación Humanitaria de Gaza (GHF, por sus siglas en inglés), que comenzó a repartir alimentos a finales de mayo desde un pequeño número de centros de distribución, ha negado que se hayan producido incidentes cerca de sus instalaciones. El grupo privado opera al margen de Naciones Unidas y cuenta con el apoyo de Israel. Afirmó que hasta el 29 de septiembre había repartido más de 175 millones de comidas.
(Información de Olivia Le Poidevin en Ginebra; información adicional de Crispian Balmer y Nidal al-Mughrabi, edición de Timothy Heritage; edición en español de Jorge Ollero Castela)