Por Leila Miller
BUENOS AIRES, 22 oct (Reuters) – Cuando el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, condicionó la semana pasada un cuantioso rescate financiero a Argentina al triunfo del presidente Javier Milei en las próximas elecciones de medio término, le sirvió a la oposición un nuevo grito de guerra.
En las redes sociales, #PatriaOColonia fue tendencia tras los comentarios de Trump, que se produjeron durante una rueda de prensa con Milei en la Casa Blanca.
Jorge Taiana, exministro de Defensa y principal candidato de la oposición peronista en la provincia de Buenos Aires, exigió en X que Trump “¡Basta de extorsionar al pueblo argentino!”.
Y fuera de un departamento de Buenos Aires donde la poderosa líder de la oposición y expresidenta Cristina Fernández de Kirchner se encuentra bajo arresto domiciliario por corrupción, multitudes abarrotadas escucharon una grabación de audio a todo volumen donde ella decía que “la economía argentina (está) manejada a control remoto por el tesoro de los Estados Unidos”.
El posible rescate por 40.000 millones de dólares de Trump a Argentina incluye un canje de divisas firmado por 20.000 millones de dólares y una posible línea de crédito de 20.000 millones de dólares.
Con Milei, Trump obtiene un aliado leal y conservador en una América Latina a menudo adversaria, y un posible acceso a recursos naturales como el litio, además de un bloqueo a la creciente influencia china en la región, dijo Pablo Vommaro, director ejecutivo de CLACSO, un think tank con sede en Argentina.
Pero Trump ha amenazado con retirar el apoyo estadounidense si el partido de Milei, La Libertad Avanza, obtiene bajos resultados en las elecciones del domingo.
Cuando los periodistas preguntaron a Trump tras la reunión en la Casa Blanca si su apoyo dependía de una victoria en las elecciones de mitad de mandato, respondió que “si no lo hacen, no vamos a estar por aquí mucho tiempo”.
El Secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, dijo más tarde que el apoyo continuado de ese país dependía de “buenas políticas”, no necesariamente del resultado de la votación, pero los comentarios de Trump sacudieron los mercados y envalentonaron a los críticos.
La oposición peronista, el movimiento que ha dominado la política argentina durante más de medio siglo, calificó sus comentarios de intromisión en los asuntos del país, recordando la desconfianza que existe en gran parte de América Latina hacia las organizaciones con sede en Estados Unidos, desde el Fondo Monetario Internacional hasta la Agencia Central de Inteligencia.
Muchos argentinos también desconfían de los peronistas tras décadas de volatilidad económica, y no está claro hasta qué punto la intervención de Trump influirá en la votación del domingo.
Pero una encuesta de septiembre/octubre de Zuban Córdoba reveló que el 60% de los argentinos tiene una opinión negativa de Trump. Y una encuesta de octubre de la consultora Zentrix informó que el 58% de los argentinos se opone a que el Tesoro estadounidense proporcione asistencia financiera a Argentina, con apoyo u oposición en gran medida siguiendo líneas partidistas.
Las elecciones determinarán si Milei será capaz de mantener las profundas medidas de austeridad que han ayudado a Argentina a lograr un superávit presupuestario y que han sido bien recibidas por los inversores, pero que han desanimado cada vez más a los votantes, perjudicando el índice de aprobación de Milei. La caída de su popularidad ha envalentonado a una oposición que recientemente ha anulado vetos presidenciales en el Congreso.
La amenaza de Trump de revocar el apoyo no tiene precedentes, dijo Lucía Vincent, politóloga de la Universidad Nacional de San Martín.
“Para personas quien están más informadas, considero que puede generar un fuerte rechazo”, explicó.
¿UN SALVAVIDAS PARA ARGENTINA?
Milei, que ha blandido famosamente una motosierra para dramatizar su fervor de recorte presupuestario, ha buscado durante mucho tiempo alinearse estrechamente con Trump, quien a su vez, lo ha llamado su “presidente favorito”.
La Casa Blanca no ha dicho cómo Argentina pagará a Estados Unidos por la línea de canje, y no está claro si el gobierno de Milei ya ha comenzado a recurrir a ella para apuntalar su moneda.
En respuesta a la preocupación de que Argentina, que ya es el mayor deudor del FMI, pueda acabar debiendo más a Estados Unidos, Ramiro Castiñeira, asesor económico de Milei, dijo que Argentina podría no necesitar todo el apoyo ofrecido.
Añadió que la ayuda debería calmar a los mercados y ayudar a Argentina a pagar el servicio de la deuda externa, que asciende a unos 280.000 millones de dólares.
Sin embargo, las subidas del mercado tras cada anuncio de ayuda estadounidense son cada vez más cortas, mientras que las compras de pesos por parte del Gobierno en el mercado abierto no han impedido que la moneda caiga a mínimos históricos.
Los partidarios de Milei han rechazado las acusaciones de intervención inapropiada por parte de Trump.
“No estamos acostumbrados a los lideres y referentes políticos de las naciones a ser directos y sinceros”, dijo Santiago Pauli, diputado del partido de Milei por la sureña provincia de Tierra del Fuego.
“El gobierno de Estados Unidos no hizo ninguna demanda. Simplemente expresaron su voluntad de apoyar la gestión del presidente Milei y a Argentina.
Joaquín Benegas Lynch, candidato a senador por el partido de Milei por la provincia de Entre Ríos, dijo que los argentinos saben que “la oposición representa el pasado”, aunque reconoció que no sabía cómo afectarían los comentarios de Trump a los votantes.
REACCIÓN PERONISTA
La oposición peronista argentina tiene una larga tradición de fustigar la supuesta injerencia de Estados Unidos desde la década de 1940, cuando el presidente populista Juan Perón acusó a un ex embajador estadounidense de querer establecer un régimen títere de Estados Unidos. En la década de 1990, muchos criticaron las “relaciones carnales” que el entonces presidente Carlos Menem ostentaba con Washington.
“Hoy hay que elegir entre Cristina y Trump, de alguna manera”, dijo Manuel Valenti, dirigente de la juventud peronista. “La elección es clara. A los argentinos no nos gusta que intervengan en nuestros asuntos internos”.
Fuera del apartamento de Kirchner el pasado viernes por la noche, sus partidarios la aclamaron cuando salió a su balcón, adornado con una gran bandera argentina.
“La sospecha es que están vendiendo una parte del país”, dijo Fede Araneta, de 47 años, que trabaja en comunicaciones en la provincia de Buenos Aires y observaba a Kirchner desde abajo, entre sus simpatizantes.
“Lo que no sé es si les estamos regalando las cataratas del Iguazú, las Islas Malvinas, el petróleo. No sabemos qué estamos dando a cambio de esto”.
(Reportaje de Leila Miller en Buenos Aires; Información adicional de Rodrigo Campos en Nueva York; Traducida por Eliana Raszewski; Editada por Walter Bianchi)