Las esperanzas de una cumbre Xi-Trump se merman tras las medidas de Pekín y el aumento de la tensión

Por Laurie Chen y Michael Martina y Karen Freifeld

PEKÍN/WASHINGTON/NUEVA YORK, 23 oct (Reuters) -Apenas un mes después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, elogiara el “progreso” en las conversaciones con China, los dos países más poderosos del mundo luchan por salvar una cumbre prevista de sus líderes, cuando solo queda una semana, mientras intercambian culpas por un aumento de la tensión.

Incluso si las conversaciones entre Trump y el presidente Xi Jinping pueden volver a encaminarse, los expertos dicen que la creencia de cada parte de que tiene la sartén por el mango, junto con la postura más dura de China, hace que el resultado más probable sea un acuerdo reducido en unos pocos temas.

“China cree que las negociaciones por sí solas son insuficientes y que son necesarias contramedidas eficaces contra Estados Unidos para evitar que este ejerza presión”, afirmó Wu Xinbo, experto en los lazos entre las dos mayores economías.

Están en riesgo una frágil tregua negociada durante meses y la relación comercial más importante del mundo, por valor de 660.000 millones de dólares al año.

“Las recientes medidas de China reflejan en realidad un cambio en su enfoque de las negociaciones económicas y comerciales con Estados Unidos durante el segundo mandato de Trump”, añadió Wu, director del Centro de Estudios Americanos de la Universidad Fudan de Shanghái.

Una guerra comercial latente durante meses estalló a plena luz a principios de octubre, después de que Pekín ampliara drásticamente las restricciones a las exportaciones de tierras raras, en respuesta a un aumento estadounidense del número de empresas bloqueadas en las compras de su tecnología.

Según los expertos, la medida de China de reforzar el control sobre los minerales críticos, incluso más allá de sus fronteras, supuso una gran ampliación de sus herramientas para hacer frente a las disputas comerciales, lo que subraya la intención de Pekín de ejercer su dominio sobre las cadenas de suministro vitales.

“Se trata de una enorme expansión de la jurisdicción extraterritorial”, afirmó Cory Combs, experto de la consultora Trivium China. “Hay un lenguaje sorprendentemente explícito en los controles sobre esto, apuntando específicamente a una serie de chips”.

China, que produce más del 90% de las tierras raras procesadas del mundo, modeló sus restricciones sobre las normas estadounidenses destinadas a limitar las exportaciones de otros países de productos relacionados con semiconductores al país asiático.

El Gobierno de Trump se sorprendió por la salva de China, dijeron dos fuentes cercanas a sus deliberaciones internas. Otra fuente dijo que los altos cargos estaban sondeando a las empresas estadounidenses para ver cómo les afectarían las medidas de China.

Los expertos afirman que, aunque Pekín trató posteriormente de presentar sus controles como selectivos, el marco se había preparado durante mucho tiempo y es casi seguro que se mantendrá.

Altos cargos en Washington acusan a China de librar una “guerra económica”, Trump ha advertido de que la reunión podría no celebrarse y cada parte culpa a la otra de una repentina escalada.

La situación dista mucho de los comentarios de Trump en los que alababa los “progresos” en asuntos que van desde el comercio y TikTok hasta el contrabando de fentanilo y la guerra de Ucrania, que hizo tras la última ronda de conversaciones en Madrid y una llamada telefónica con Xi en septiembre.

“GUERRA ECONÓMICA”

Trump ha dicho que sigue planeando reunirse con Xi en Corea del Sur a finales de octubre, al margen de la reunión del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico, y que espera llegar a un acuerdo, pero ha reiterado su amenaza de imponer aranceles del 100% si no lo consigue.

Buscando una salida de última hora, el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, y el vice primer ministro chino, He Lifeng, se reunirán en Malasia unos días antes.

Las reuniones se producen después de duras negociaciones en capitales europeas, desde Ginebra a Estocolmo, sobre comercio, fentanilo, acceso a mercados y otros aspectos de los lazos, tras las cuales ambas partes intercambiaron acusaciones de que la otra no cumplía sus promesas.

Los secretarios del gabinete de Trump ven el movimiento de China sobre las tierras raras como una “guerra económica en toda regla”, dijo una persona familiarizada con el pensamiento del Gobierno.

“La perspectiva de una escalada es grave”, agregó la persona. “No hay una solución fácil, como otra pausa de 90 días”.

La Casa Blanca y el Departamento del Tesoro de Estados Unidos no respondieron a las solicitudes de Reuters para hacer comentarios. Los ministerios de Asuntos Exteriores y Comercio de China no respondieron inmediatamente a una solicitud de comentarios.

(Información adicional de Trevor Hunnicutt y David Brunnstrom en Washington; edición de Antoni Slodkowski y Clarence Fernandez; edición en español de María Bayarri Cárdenas)

tagreuters.com2025binary_LYNXMPEL9M080-VIEWIMAGE