Por Timour Azhari y Matt Spetalnick
RIAD/WASHINGTON, 17 nov (Reuters) -Una visita del gobernante de facto de Arabia Saudí a la Casa Blanca para mantener conversaciones el martes con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tiene como objetivo profundizar la cooperación de décadas en materia de petróleo y seguridad, al tiempo que amplía los lazos en el comercio, la tecnología y potencialmente incluso la energía nuclear.
Será el primer viaje del príncipe heredero Mohamed bin Salman a Estados Unidos desde el asesinato en 2018 del crítico saudí Jamal Khashoggi a manos de agentes saudíes en Estambul, que causó una conmoción mundial. La inteligencia estadounidense concluyó que MBS aprobó la captura o el asesinato de Khashoggi, un destacado crítico.
El príncipe heredero, ampliamente conocido por sus iniciales MBS, negó haber ordenado la operación, pero reconoció su responsabilidad como gobernante de facto del reino.
Más de siete años después, la mayor economía del mundo y el primer productor mundial de petróleo quieren seguir adelante.
Trump quiere sacar provecho de la promesa saudí de invertir 600.000 millones de dólares hecha durante su visita al reino en mayo. Durante ese viaje, Trump evitó mencionar los problemas de derechos humanos y se espera que vuelva a hacerlo.
El líder saudí busca garantías de seguridad en un contexto de agitación regional y quiere tener acceso a la tecnología de inteligencia artificial y avanzar hacia un acuerdo sobre un programa nuclear civil.
“Se ha pasado página” sobre el asesinato de Khashoggi, dijo Aziz Alghashian, profesor saudí de Relaciones Internacionales en la Universidad Árabe Naif de Ciencias de la Seguridad.
EL ACUERDO DE DEFENSA EN EL PUNTO DE MIRA
Estados Unidos y Arabia Saudí mantienen desde hace tiempo un acuerdo para que el reino venda petróleo a precios favorables y para que la superpotencia proporcione seguridad a cambio.
Esa ecuación se vio sacudida por la inacción de Washington cuando Irán atacó instalaciones petrolíferas en el reino en 2019. Las preocupaciones resurgieron en septiembre, cuando Israel golpeó Doha, Qatar, en un ataque que dijo que apuntaba a miembros del grupo miliciano palestino Hamás.
Tras el ataque, Trump firmó un pacto de defensa con Qatar mediante una orden ejecutiva. Muchos analistas, diplomáticos y responsables regionales creen que los saudíes obtendrán algo similar.
Arabia Saudí ha buscado un pacto de defensa ratificado por el Congreso estadounidense en recientes negociaciones. Pero Washington lo ha condicionado a que el reino normalice sus lazos con Israel.
A su vez, Riad lo ha vinculado a un compromiso del Gobierno israelí, el más derechista de su historia, con la creación de un Estado palestino. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, que el mes pasado acordó un alto el fuego con Hamás en Gaza negociado por Trump tras dos años de guerra, reafirmó el domingo su firme oposición a la independencia palestina.
Una orden ejecutiva de Trump en materia de defensa similar al pacto con Qatar se quedaría corta respecto al acuerdo de defensa que han buscado los saudíes. Pero Alghashian dijo que “sería un paso en el camino, parte del proceso, no el final del proceso”.
Un diplomático occidental afincado en el golfo Pérsico resumió la dinámica: “Trump quiere la normalización y Arabia Saudí quiere un pacto de defensa completo, pero las circunstancias no lo permiten. Al final, es probable que ambas partes obtengan menos de lo que quieren. Así es la diplomacia”.
Dennis Ross, exnegociador de Oriente Próximo para las administraciones demócrata y republicana, actualmente en el Instituto Washington para la Política de Oriente Próximo, dijo que espera una orden ejecutiva que pida a Estados Unidos y a los saudíes “consultar inmediatamente qué hacer en respuesta a la amenaza”, aunque sin comprometer a Washington a salir activamente en defensa de Riad.
“Eso podría abarcar desde la prestación de una serie de diferentes tipos de asistencia, la sustitución de armas, el despliegue de baterías de misiles defensivos como THAAD o Patriot, el despliegue de fuerzas navales con una unidad de infantes de marina, hasta la participación activa en el combate de manera ofensiva, no solo defensiva”, dijo.
(Información de Timour Azhari en Riad; edición de Cynthia Osterman; edición en español de Paula Villalba)











