Por Maria Martinez
PEKÍN, 17 nov (Reuters) -El ministro de Finanzas alemán se convirtió el lunes en el primer representante del nuevo Gobierno de coalición del país en visitar China, en un momento en que Berlín se ve presionado para demostrar que tiene bajo control su estrategia hacia China, ante el aumento sin precedentes del déficit comercial y la inestabilidad de las cadenas de suministro.
La llegada de Lars Klingbeil a Pekín se produce más de seis meses después de que la coalición conservadora alemana asumiera el poder y tras la cancelación de la visita del ministro de Exteriores, Johann Wadephul, el mes pasado, debido al rechazo de China a la mayoría de las reuniones de su agenda.
Representantes alemanes subrayaron que Klingbeil trataría grandes temas comerciales, como las limitaciones de China a las tierras raras. Una fuente del Ministerio de Finanzas dijo que las posturas se habían acordado de antemano con los altos cargos de la UE responsables de la política comercial de Alemania como miembro del bloque.
“El acceso a materias primas críticas y la reducción del exceso de capacidad china en sectores como el acero y la movilidad eléctrica son de gran importancia para la economía y el empleo en Alemania”, dijo Klingbeil en Berlín antes de partir hacia Pekín.
También es importante que la coalición demuestre que por fin puede conseguir que Pekín la escuche y controlar la relación.
La guerra comercial del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha perjudicado a las exportaciones alemanas, ha dejado a Berlín vulnerable a un aumento de las importaciones desviadas de productos chinos y ha provocado nuevos temores en la cadena de suministro, más recientemente sobre los metales de tierras raras y los chips de automoción.
Klingbeil se reunirá con el vice primer ministro He Lifeng en el marco del diálogo financiero germano-chino, un formato establecido en 2015. Le acompañan el presidente del Bundesbank, Joachim Nagel, y una pequeña delegación de bancos y aseguradoras alemanas.
“Europa y China mantienen una relación muy ambigua. Por un lado, los necesitamos; por otro, nos preocupan las cuestiones de seguridad”, dijo Denis Depoux, director general mundial de Roland Berger.
El miércoles, Klingbeil viajará a Shanghái para reunirse con directivos de medianas empresas alemanas antes de dirigirse a Singapur.
SE NECESITA “VOLUNTAD POLÍTICA” PARA TOMAR “MEDIDAS DECISIVAS”
En las últimas semanas, los límites chinos al comercio de elementos de tierras raras y la disputa entre China y Países Bajos por las exportaciones del proveedor de chips para automoción Nexperia han supuesto grandes llamadas de atención en Europa.
“Los últimos meses han demostrado que las medidas chinas de control de las exportaciones pueden afectar a la industria alemana hasta el punto de paralizar la producción”, dijo Maximilian Butek, director ejecutivo y miembro del consejo de la Cámara de Comercio Alemana en China Oriental. “China realmente demostró su poder cuando se trata de tierras raras”.
En Alemania, los políticos han pedido una revisión profunda de la política hacia Pekín y algunos acusan al anterior gobierno socialdemócrata de haber dejado que Alemania dependiera demasiado de China, tanto como mercado para las exportaciones industriales como proveedor de materiales críticos.
Jacob Gunter, responsable del programa de economía e industria del laboratorio de ideas Merics, dijo que solo “un dolor más intenso” permitiría “tener la voluntad política de tomar algunas medidas decisivas”.
El Parlamento alemán nombró el jueves una comisión de expertos para replantear la política comercial hacia China.
“El ejemplo de Nexperia debería incitarnos a hablar y exigir transparencia; de lo contrario, un problema comercial se utilizará como una cuestión geopolítica”, dijo Volker Treier, responsable de comercio exterior de la Cámara de Comercio Alemana DIHK.
“El Gobierno chino debe tener claro que no podemos aceptar que se mezclen intereses económicos y políticos”, dijo Jürgen Hardt, portavoz de política exterior del partido CDU, el del canciller, Friedrich Merz.
(Información de María Martínez; edición de Peter Graff y Saad Sayeed; edición en español de María Bayarri Cárdenas)











