20 nov (Reuters) -El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, visitó a los efectivos israelíes desplegados en el sur de Siria, lo que provocó una fuerte condena del Gobierno de Damasco, que denunció el viaje como una violación de la soberanía.
Israel amplió su presencia militar en el sur de Siria tras el derrocamiento de Bashar al-Asad el pasado mes de diciembre, tomando posiciones al este de una zona de seguridad patrullada por la ONU que separa los Altos del Golán, ocupados por Israel, del territorio sirio.
Ataviado con chaleco antibalas y casco, Netanyahu visitó el miércoles a los soldados en territorio sirio, según fotografías publicadas por su oficina. Reiteró el compromiso de Israel de proteger a la minoría drusa de Siria, cuya comunidad se extiende a lo largo de la frontera con el norte de Israel.
“Concedemos una inmensa importancia a nuestra capacidad aquí, tanto defensiva como ofensiva, salvaguardando a nuestros aliados drusos, y especialmente salvaguardando el Estado de Israel y su frontera norte frente a los Altos del Golán”, dijo Netanyahu a los soldados, según un comunicado de su oficina.
“Esta es una misión que puede desarrollarse en cualquier momento, pero contamos con vosotros”, dijo.
El Gobierno de Damasco, dirigido por islamistas, dijo que la visita de Netanyahu era “una peligrosa violación de la soberanía y la unidad sirias” y la calificó de intento de “imponer un hecho consumado”.
No hubo comentarios inmediatos del Gobierno israelí.
CONVERSACIONES SOBRE UN PACTO DE SEGURIDAD
Israel arrebató a Siria los Altos del Golán en la guerra de 1967 y posteriormente se los anexionó, una medida no reconocida por la mayoría de los países. Siria ha exigido que Israel vuelva a la zona de seguridad original, pero altos cargos israelíes han afirmado que no renunciarán a los nuevos puestos.
Durante meses, Siria ha mantenido conversaciones con Israel, con la mediación de Estados Unidos, para alcanzar un pacto de seguridad que Damasco espera que revierta las recientes confiscaciones israelíes de su territorio, pero que distaría mucho de ser un tratado de paz completo.
Las conversaciones se han tambaleado desde que Israel introdujo una nueva exigencia para permitir la apertura de un “corredor humanitario” a la provincia meridional siria de Sweida. Siria rechazó la petición por considerarla una violación de su soberanía.
Un cargo militar sirio dijo que la visita demostraba que Israel no estaba dispuesto a ceder ningún territorio.
“La visita de Netanyahu envía un mensaje: no nos retiraremos de las zonas en las que entramos después del 8 de diciembre (…). Independientemente del acuerdo de seguridad, su futuro o su destino, este es el mensaje que están enviando a Siria: que Israel no está dispuesto a renunciar a estos puestos de avanzada”, dijo el responsable militar a Reuters.
Los dos países han estado técnicamente en guerra desde la creación de Israel en 1948, a pesar de los armisticios periódicos. Siria no reconoce el Estado de Israel.
Desde el derrocamiento de al-Asad, Israel ha llevado a cabo ataques sin precedentes contra activos militares sirios, incluido el Ministerio de Defensa, ha enviado tropas al sur de Siria y ha presionado a Estados Unidos para que mantenga al país débil y descentralizado.
(Redacción de Nayera Abdallah; edición de Ros Russell; edición en español de Paula Villalba)











