Por Ali Sawafta
YENÍN, 6 sep (Reuters) -El ejército israelí se retiró el viernes de la ciudad palestina de Yenín, dejando una masa de edificios e infraestructuras dañados, tras una de las mayores operaciones de seguridad en el territorio bajo ocupación israelí de Cisjordania en meses.
Los equipos de desescombro empezaron a retirar los amasijos de ruinas y restos dejados por la operación, en la que participaron cientos de soldados y policías respaldados por helicópteros y drones que entraron en todas las zonas de la ciudad y del campo de refugiados adyacente, así como en los pueblos de los alrededores.
Miles de residentes fueron desplazados de sus hogares durante los nueve días que duró la operación, en la que los militares israelíes libraron continuos tiroteos con combatientes palestinos de facciones como Hamás, Yihad Islámica y Fatah.
“Cuando entraron, utilizaron excavadoras y empezaron a destruirlo todo. No dejaron nada”, dijo Samaher Abu Nassa, residente en Yenín.
Los servicios de agua y electricidad siguen cortados y los bulldozers israelíes han excavado unos 20 kilómetros de carretera, una táctica que, según el ejército, tenía como objetivo neutralizar las bombas colocadas al borde de las carreteras, pero que ha destrozado gran parte del centro de la ciudad.
Un comunicado de los militares afirmó que se habían desmantelado 30 explosivos colocados bajo las carreteras.
El Ministerio de Asuntos Exteriores palestino acusó al ejército de trasladar a Cisjordania las tácticas utilizadas para arrasar la Franja de Gaza.
Yenín, en el norte de Cisjordania, ha sido durante mucho tiempo un bastión de las facciones armadas palestinas, y el ejército israelí dijo que la operación, que también tuvo como objetivo la ciudad de Tulkarem, tenía como objetivo frustrar los grupos milicianos respaldados por Irán que planeaban ataques contra civiles israelíes.
El ejército israelí dijo que sus soldados mataron a 14 combatientes durante la operación, incluido el comandante local de Hamás en Yenín. Sus soldados detuvieron también a 30 sospechosos, confiscaron armas y desmantelaron infraestructuras, como un depósito subterráneo de armas situado bajo una mezquita y un taller de explosivos.
El viernes, miles de personas, entre ellas un gran número de hombres armados que dispararon al aire, se unieron a los cortejos fúnebres por las personas muertas durante los combates. Muchos de los cadáveres estaban envueltos en banderas palestinas o en las banderas verdes, negras y amarillas de Hamás, la Yihad Islámica o Fatah.
En total, 21 personas murieron en Yenín durante la operación. Muchas fueron reivindicadas como miembros por parte de las facciones armadas, pero varias eran civiles sin implicación en la contienda, como una chica de 16 años, a la que al parecer disparó un francotirador cuando miraba por la ventana.
Si bien el ejército israelí se ha centrado en Gaza durante la mayor parte del año pasado, Cisjordania ha experimentado un aumento de la violencia, con repetidos enfrentamientos entre el ejército y combatientes palestinos, así como asaltos de colonos judíos en aldeas palestinas y ataques de palestinos a israelíes.
Más de 680 palestinos han muerto en Cisjordania y Jerusalén Este, según cifras del Ministerio de Sanidad palestino. Muchos han sido combatientes armados, pero otros han sido jóvenes que arrojaban piedras en protestas o civiles sin implicación alguna en la violencia.
En el mismo periodo, decenas de civiles israelíes han muerto en ataques de palestinos o en ataques con cohetes y misiles de Hezbolá, apoyado por Irán, en el sur de Líbano.
(Información de Ahmed Tolba y Ali Swafta; edición de Kim Coghill; editado en español por Anxo Fariñas Torres)